Gibraltar. La escalada de tensión entre España y el Reino Unido sobre Gibraltar, lejos de solucionarse, parece crecer cada día un poco más. El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, puso ayer su granito de arena para retrasar una posible resolución del conflicto al reiterar su negativa a eliminar el arrecife artificial de cemento en aguas disputadas entre España y el Gobierno del Peñón argumentando que "el infierno se congelaría antes de que el gobierno gibraltareño remueva alguno de esos bloques", según declaraciones publicadas ayer por la cadena británica BBC.

Ante la postura del Gobierno español sobre el incremento de los controles en la Verja de Gibraltar para detener el contrabando de tabaco, Picardo indicó que las autoridades españolas simplemente está usando este asunto para fabricar una disputa que no existía hace pocas semanas. "Esto no tiene nada que ver con contrabando de tabaco", señaló Picardo. "Esta disputa fue hecha en Madrid", indicó en comentarios publicados por mismo medio.

Por su parte, el sindicato Manos Limpias presentó ante la Fiscalía del Campo de Gibraltar una denuncia ante Picardo por un delito contra el medio ambiente en relación con el lanzamiento al mar de 70 bloques de hormigón.

Las declaraciones del ministro principal de Gibraltar coincidieron ayer con la protesta pesquera en el mar llevada a cabo por medio centenar de embarcaciones del Campo de Gibraltar contra las medidas de las autoridades del Peñón que dificultan la pesca en sus aguas próximas y que transcurrió sin incidentes.

A primera hora de la mañana, toda la flota pesquera de La Línea de la Concepción (Cádiz) partió del puerto de La Atunara para dirigirse a Puerto Chico, acompañada en todo momento por patrulleras de la Guardia Civil.

Los barcos de La Línea y de Algeciras (Cádiz) se reagruparon antes de llegar a la zona donde el Gobierno del Peñón lanzó el pasado 24 de julio los bloques de hormigón que impiden que los pescadores puedan faenar en estas aguas.

Los pescadores tenían previsto concentrarse justo sobre la zona donde están estos bloques, pero las patrulleras de la Armada británica y de la Policía de Gibraltar obstaculizaron el paso, vigilando en todo momento la protesta hasta su finalización.

El patrón mayor de la cofradía de La Línea (Cádiz), Leoncio Fernández, declaró que éste era un acto "pacífico" a través de cual se pretendía reivindicar el derecho de los pescadores a faenar en un caladero en el que llevan "toda la vida pescando".

Fernández resaltó los perjuicios que están sufriendo los barcos al no poder desarrollar su trabajo en estas aguas y cifró las pérdidas en más de 1,5 millones de euros desde que hace más de un año comenzaran los problemas con Gibraltar.

José Antonio González, patrón del San Juan, uno de los barcos afectados por las medidas de Gibraltar y que estuvieron presentes en la concentración, declaró que también pretenden que el Gobierno español "tome conciencia de cómo Gibraltar está atentando contra unos derechos de pesca históricos de los pescadores".

Intercambio de insultos La protesta se desarrolló bajo la atenta mirada de las patrullas gibraltareñas y a la finalización de la misma los pescadores instaron a Gibraltar a que "deje de lanzar bloques de hormigón al mar", intercambiando algunos insultos con los agentes del Peñón a los que pidieron que "dejen de jugar con el pan de sus hijos".

Los barcos regresaron a puerto sin problemas y seguidos por cinco embarcaciones de la Guardia Civil, que destacó la normalidad con la que se desarrolló la protesta, que finalizó a las 11.15 horas y sin incidentes destacables, informaron fuentes del instituto armado.

No hubo incidentes graves, pero sí insultos y cortes de manga, mientras que algunas mujeres de pescadores que iban en los barcos daban palmas o increpaban a los ingleses: "Dejadnos trabajar. Es el pan de nuestros hijos. Y además el mar no es vuestro".