ISLAMABAD. El portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA en siglas inglesas), Kamran Zia, afirmó que según con la información disponible a primera hora de hoy han muerto al menos 53 personas en varios puntos del país.

Sin embargo, las cifras oficiales de las autoridades de la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país, y de la ciudad meridional de Karachi, elevaron el número en una veintena de personas respecto a los datos facilitados por la NDMA.

"En toda la provincia han muerto durante el fin de semana al menos 16 personas", afirmó Saifuramán-ul Islam, portavoz del organismo de gestión de desastres de Baluchistán, región en la que se han producido algunos de los peores daños a causa de las lluvias.

En los distritos de Khuzdar y Jhal Magsi, las fortísimas precipitaciones han provocado la subida de algunos cauces locales y la localidad de Gandava ha quedado prácticamente anegada, aunque la cifra de muertos ha sido relativamente baja.

Mientras, un portavoz de la autoridad metropolitana de Karachi, Sher Siddiqui, afirmó que "entre 20 y 30 personas" han muerto en los dos últimos días a causa de diversos incidentes relacionados con las lluvias.

"Algunos han fallecido ahogados en canales, mientras que otros han fallecido electrocutados o por la caída de muros que cedieron ante la fuerza del agua", precisó Siddiqui.

Las autoridades del país asiáticas prevén una mejora inminente del tiempo, y la NDMA afirma que, en general, la situación está bajo control y no se espera que la situación vaya a peor.

"La situación en general está estabilizada y solo hay cierta preocupación por las áreas de Karachi y Jhal Magsi", afirmó el portavoz de la NDMA, que recalcó que se descarta cualquier riesgo de desbordamiento de los grandes ríos que recorren el país.

El jefe del Departamento Meteorológico de Pakistán, Arif Mahmud, afirmó a Efe que hay pocas probabilidades de lluvias fuertes en las próximas 48 horas y que, en general, "las perspectivas del tiempo son buenas".

Pakistán vivió en 2010 las peores inundaciones de su historia tras un monzón extraordinariamente lluvioso que, sumado a un deshielo también especialmente abundante, dio lugar a un caudal fluvial que anegó buena parte del país.

Aquellas inundaciones ocasionaron más de 20 millones de damnificados y cerca de 2.000 muertos, mientras que el año pasado murieron cerca de medio millar de personas y hubo casi cinco millones de afectados por las lluvias torrenciales.