Jerusalén. Tres mil reclusos palestinos en cárceles israelíes, más de la mitad, rechazaron ayer comer y beber con motivo del Día del Preso Palestino y en solidaridad con su compañero Samer Isaui, en huelga de hambre intermitente desde agosto, informó la Autoridad Penitenciaria Israelí. Ziad Abu Ein, del Ministerio de Asuntos de los Presos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), elevó la cifra de huelguistas a cerca de 4.900, es decir, la práctica totalidad de palestinos repartidos en más de 27 prisiones y centros de detención e interrogatorio israelíes.

De los cerca de 5.000 reclusos, 106 están entre rejas desde antes de la firma de los Acuerdos de Oslo (1993) y medio centenar lleva más de 25 años, según datos difundidos por la Asociación de Presos Palestinos con motivo de la jornada.

Abu Ein explicó que el objetivo de la huelga de un día es presionar a las autoridades israelíes para que reconsideren la detención administrativa, una figura legal que permite a los tribunales militares israelíes en los territorios ocupados encarcelar a una persona sin presentar cargos y en base a pruebas secretas que ni el preso ni su abogado conocen.

En la prisión de Hadarim, al norte de Tel Aviv y con cerca de 150 reclusos palestinos, la huelga no es de un solo día, sino continuada hasta lograr la excarcelación de Isaui, que fue arrestado poco después de ser liberado en octubre de 2011 en virtud de un canje de presos con Israel por el soldado Guilad Shalit.

Isaui pidió ayer en una carta abierta convertir la jornada de apoyo a los reclusos en un "día de furia y solidaridad".

"Exhorto a la noble gente de nuestra nación árabe y musulmana, así como a los pueblos libres del mundo, a convertir el 17 de abril de 2013 en un día de furia y solidaridad con los presos palestinos en todo el mundo", señaló en la misiva, difundida a través de su abogado.