ROMA. El Papa Francisco ha admitido, durante la homilía de la Misa de Inicio que ser Papa "comporta también un poder" pero ante la pregunta "*De qué poder se trata?", ha respondido, entre los aplausos de los presentes en la Plaza de San Pedro, que el Pontífice debe "acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños".
"Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños", ha explicado este martes durante la homilía de la Misa de Inicio de Pontificado.
En resumen, según ha destacado, es lo que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: "Al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado". "Sólo el que sirve con amor sabe custodiar", ha puntualizado.
En esta línea, ha precisado que ahí se encuentra el servicio que el Obispo de Roma debe realizar: "Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres". Pero también ha apuntado que es un servicio al que todos están llamados, "para hacer brillar la estrella de la esperanza". "Protejamos con amor lo que Dios nos ha dado", ha añadido.
Precisamente, ha indicado que para custodiar la creación, cada hombre y cada mujer ha de hacerlo "con una mirada de ternura y de amor", abriendo "un resquicio de luz en medio de tantas nubes" y llevando "el calor de la esperanza".
"Apoyado en la esperanza, contra toda esperanza. También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza. Y, para el creyente, para nosotros los cristianos, como Abraham, como san José, la esperanza que llevamos tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo, está fundada sobre la roca que es Dios".
Finalmente, el Papa Francisco ha pedido que el Espíritu Santo acompañe su ministerio y a todos los fieles que recen por él. "Orad por mí", ha implorado.