Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó ayer su confianza en un "proceso fructífero" que logre reducir el déficit de forma equilibrada, al iniciar la reunión a puerta cerrada con líderes del Congreso, el republicano Jonh Broehner y el demócrata Harry Reid, para evitar el temido "precipicio fiscal".

"Todos somos conscientes de que tenemos un asunto urgente que atender. Tenemos que asegurarnos de que no suban los impuestos para las familias de clase media y que la economía permanezca fuerte", manifestó Obama, rodeado de los líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso.

"Mi esperanza es que este será el comienzo de un proceso fructífero para que podamos llegar a un acuerdo que reducirá el déficit de forma equilibrada", agregó. Además, el presidente confió en que "responderemos a algunos de estos impedimentos a largo plazo para el crecimiento y también nos concentraremos en asegurarnos de que las familias de clase media puedan seguir adelante".

El mandatario estadounidense expresó esos son asuntos que comparte todo el pueblo americano y que requerirán la cooperación de ambos partidos para "encontrar algún terreno común, pactar acuerdos difíciles y lograr un consenso para trabajar" sobre ellos. Es la primera reunión entre Obama y líderes del Legislativo desde que el presidente fue reelegido en los comicios del pasado 6 de noviembre.

El objetivo de la reunión es afrontar la perspectiva del llamado "precipicio fiscal" en el que caería Estados Unidos a principios de enero si no se evita que entren en vigor automáticamente subidas de impuestos y recortes públicos por al menos 500.000 millones de dólares pactados en 2011 para acordar el techo de la deuda.

Obama ha insistido en que el Congreso prorrogue los recortes tributarios que vencen a fin de año para el 98% de los estadounidenses que ganan menos de 250.000 dólares y para el 97% de los pequeños negocios que perciben esa misma cantidad de ingresos. Pese a la objeción de los republicanos, el mandatario también insiste en que los ricos deben pagar más impuestos y, por lo tanto, no deben ser incluidos en esos recortes tributarios, instituidos en 2001 y 2003 durante la presidencia del mandatario republicano George W. Bush.

La Oficina de Presupuesto del Congreso ha advertido de que la falta de un acuerdo podría sumir al país en una nueva recesión en 2013. En la reunión de ayer participaron el presidente de la Cámara de Representantes y la líder de la minoría demócrata en ese órgano legislativo, John Boehner y Nancy Pelosi respectivamente, así como los líderes demócrata y republicano del Senado, Harry Reid y Mitch McConnell. Obama puso un toque de simpatía en sus declaraciones a la prensa, en medio de una reunión que se preveía tensa, al desear, con una amplia sonrisa, un feliz cumpleaños a Boehner, que hoy cumplirá 63 años.

Además de llegar a un acuerdo para evitar el "precipicio fiscal" y la aprobación de una reforma migratoria que exige la minoría hispana que fue decisiva en el triunfo del mandatario el 6 de noviembre, Obama tiene como otro gran reto: la reforma sanitaria promulgada en 2010 para dar cobertura a más de 30 millones de personas que carecen de ella tiene vía libre para consolidarse en el segundo mandato, aunque con el desafío de que funcione y de que se aplique en estados en manos republicanas.