Las autoridades de Pakistán trataban ayer de contener la peor ola de asesinatos de los últimos meses en su principal metrópoli, Karachi, donde este fin de semana han muerto al menos 29 personas. Según fuentes policiales, nueve de esos fallecidos perdieron la vida en ataques ocurridos ayer y se suman a la veintena de cadáveres que dejó la jornada del sábado.