Damasco. El Ejército sirio anunció ayer un cese de sus operaciones militares durante los cuatro días que deberá entrar en vigor hoy con motivo de la Fiesta del Sacrificio, pero se reservó "el derecho a responder" en caso de ataques de los grupos rebeldes. La misma posición que adoptaron los insurgentes del Ejército Libre Sirio (ELS), que se comprometieron a cumplir la "frágil" tregua temporal, aunque alertó de que se movilizará para proteger las manifestaciones pacíficas contra el régimen de Bashar al Asad. Según explicó a Efe el número dos de la milicia rebelde, Malek Kurdi, "las condiciones del régimen coinciden con las nuestras", pero criticó al mismo tiempo la falta de supervisión internacional para vigilar el cumplimiento de la tregua.

Poco antes, en un comunicado leído en la televisión siria, el Mando General de las Fuerzas Armadas manifestó que actuará si los "terroristas -como denomina a los rebeldes- atacan, fortalecen sus posiciones o reciben suministro de armas o personas desde dentro o fuera del país". El Ejército sirio se comprometió a proteger a los civiles y las propiedades tanto públicas como privadas de cualquier agresión, incluido el uso de coches bombas y otros artefactos explosivos.

Asimismo, se declaró en contra de que los grupos armados "fortalezcan sus posiciones por el anuncio de la tregua u obtengan suministros", ya sea en forma de personal o munición. Las Fuerzas Armadas del régimen sirio agregaron que también actuarán si "los países vecinos facilitan la entrada de terroristas a territorio sirio, lo que supone la violación de su compromiso internacional de lucha contra el terrorismo". Según el comunicado, el alto el fuego condicionado estará en vigor hasta el lunes, mientras dure la llamada Fiesta del Sacrificio, la festividad más importante para los musulmanes.

El enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe a Siria, Lajdar Brahimi, había propuesto una tregua durante esta fiesta en un nuevo intento de poner fin a la crisis que estalló en marzo de 2011 y ha causado más de 27.000 muertos, según cifras de la ONU. Ya el miércoles, el mediador internacional adelantó en El Cairo que el Gobierno sirio había aceptado este alto el fuego temporal, al igual que la mayoría de los grupos rebeldes, aunque uno de ellos, el islamista Frente Al Nusra, dejó claro que no respetará la tregua.

Pocas esperanzas En vista de lo sucedido en ocasiones anteriores y la cruda realidad en el terreno, el secretario general adjunto de la ONU, Jan Eliasson, señaló ayer que tiene una "microscópica esperanza" de que las partes implicadas en el conflicto mantengan una tregua que permita un alto el fuego y el establecimiento de un proceso de negociación política.

"Yo tengo la esperanza de que el alto el fuego sea real, sé que es sólo una esperanza pequeña, microscópica, como dijo Brahimi, pero hay que creer que es posible, por el bien de los sirios, de la región y del mundo entero", apuntó Eliasson en una rueda de prensa. Tras su visita al país, Brahimi advirtió de que la situación está "deteriorándose", que continúan las violaciones de derechos humanos por parte de ambos bandos del conflicto, y que hay un "serio peligro" de que se produzca una "espiral dramática" de contagio en la región. Ante esta situación, Eliasson afirmó que es "absolutamente necesario" que la tregua se cumpla "porque el pueblo sirio está cansado, exhausto y necesita una tregua".

El número dos de la ONU llegó a Ginebra para entrevistarse con los dirigentes de las agencias humanitarias de Naciones Unidas y de diversas entidades como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Eliasson -que tiene una larga experiencia como mediador en conflictos- abogó por "no cejar en todos los esfuerzos" para seguir luchando por encontrar una solución política. Algo que parece muy lejano, dada la paralización del Consejo de Seguridad, que no consigue ponerse de acuerdo para dar una respuesta política a un conflicto interno que dura ya 18 meses y que está en riesgo de convertirse en internacional, tras los brotes de violencia en Líbano entre partidarios y detractores del régimen de Bashar al Asad, y los ataques en la frontera turco-siria.

Precisamente, consultado sobre al ataque de Damasco que acabó con la vida de cinco civiles turcos y la respuesta de Ankara que se saldó con varios soldados sirios muertos, el número dos de la ONU respondió que es una "muestra del peligro de que el conflicto se expanda" y consideró que la respuesta turca estuvo en los límites de lo que se considera "respuesta proporcional". La Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas anunció hace dos días que se han preparado para permanecer en Siria hasta al menos junio de 2013, a lo que Eliasson respondió que "espera" que el conflicto no se expanda hasta esa fecha.

Además, la comisión independiente auspiciada por la ONU para investigar las violaciones de derechos humanos en el país árabe ha enviado una al presidente Al Asad, en la que le solicita formalmente celebrar una reunión. "Nuestra intención es ir sin condiciones para reunirnos con el mandatario Al Asad y determinar cómo puede proceder la comisión", agregó el presidente de la comisión.