Ciudad del Vaticano. El exmayordomo del papa, Paolo Gabriele, condenado a 18 meses de cárcel, cumplirá su sentencia en una prisión del Vaticano si el fiscal del Tribunal de Apelación vaticano no apela y la sentencia se hace firme, al no habérsele aplicado los beneficios de la ley sobre la suspensión de la pena. Paoletto, de 46 años, fue condenado a año y medio de cárcel el pasado 6 de octubre por el robo con agravantes de documentos reservados de Benedicto XVI, y ayer el Vaticano publicó el texto completo de la sentencia.
En el texto se especifica que "vista la entidad de la condena no se le han aplicado los beneficios de la ley respecto a la suspensión de la pena" y tampoco el que no aparezca la sentencia en el boletín de la Dirección General Judicial. Ello supone que, visto que Gabriele ha renunciado a apelar ante el Tribunal de Apelación del Vaticano, si el Promotor de Justicia (fiscal) de esa corte, Giovanni Giacobbe, no apela la sentencia en los 40 días que tiene a partir de su publicación pasaría a ser definitiva y Paoletto tendría que cumplirla en la cárcel vaticana.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, manifestó ayer en la presentación de la sentencia que no existe acuerdo con Italia para que un ciudadano del Vaticano cumpla una condena en ese país y que el Vaticano dispone en la sede de la Gendarmería de una celda. Lombardi reiteró la "posibilidad" de que Benedicto XVI perdone a su exmayordomo, pero al contrario que el día 6, cuando dijo que la posibilidad del perdón era "muy concreta y muy verosímil", ayer solo dijo que "es posible". El jesuita reiteró que "nadie sabe ni cuándo ni cómo" puede decidirlo el Papa. Paoletto también fue condenado a pagar las costas del juicio, que Lombardi cuantificó en 1.000 euros. La condena a 18 meses de cárcel se refiere exclusivamente al robo con agravantes. La Fiscalía del Vaticano, sin embargo, mantiene todavía abierta la investigación por otros presuntos delitos, como daños a la seguridad del Estado y violación de la privacidad del jefe del Estado.
La sentencia del llamado caso Vatileaks ocupa 15 páginas y el tribunal, presidido por Giuseppe Della Torre, motivó la condena al considerar que el robo de cientos de documentos reservados enviados al Papa y a su secretario, Georg Ganswein, constituye una acción lesiva contra el pontífice, la Iglesia Católica y el Estado de la Ciudad del Vaticano. "La acción de Gabriele ha violado no solo el fundamental derecho a la buena fama y a la privacidad de todas las personas afectadas, sino también el secreto que corresponde a los actos de un soberano", señala el texto. El Tribunal constató que Gabriele actuó en solitario y que abusó de la confianza depositada por el pontífice y su secretario, lo que le permitió hacerse con los documentos y fotocopiarlos. El Tribunal consideró "irrelevante" el caso de la pepita de oro peruana regalada al Papa, del cheque de 100.000 euros donado por la Universidad Católica de Murcia y de una edición de La Eneida del año 1500 encontrados en casa de Gabriele. El Tribunal consideró que no se pudo comprobar que hubieran sido robados y tampoco que fueran hallados en su casa. El juicio al informático Claudio Sciarpelletti comenzará el 5 de noviembre.