KABUL. En la víspera de una conferencia internacional sobre Afganistán en Tokio, Estados Unidos incluyó ayer al país en el pequeño círculo de aliados preferentes fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). "Lo consideramos un fuerte símbolo de nuestro compromiso con el futuro de Afganistán", dijo ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton, tras un encuentro con el presidente afgano, Hamid Karzai, en Kabul. Afganistán es el primer país al que otorga ese estatus el gobierno del presidente estadounidense Barack Obama. "Le abrirá las puertas al Ejército de Afganistán a tener una mayor capacidad y una relación más amplia con Estados Unidos y en particular con su ejército", añadió Clinton.
Los ahora 15 países que lo ostentan tienen entre otras ventajas un acceso más fácil a los equipos de defensa estadounidenses. A la lista pertenecen aliados importantes de Washington como Australia, Israel o Japón, aunque también otros inestables como Pakistán. Este país fue designado parte del grupo por el antecesor de Obama, George W. Bush, en 2004, cuando no eran tan tensas como ahora las relaciones entre Washington e Islamabad. Estados Unidos y Afganistán ya han firmado una asociación estratégica para después de la retirada de las tropas internacionales de la OTAN en 2014, que prevé una estrecha cooperación civil y militar. Clinton y Karzai viajaron a Tokio tras su encuentro en Kabul para estar hoy en la cumbre internacional en la que se espera que se prometa una millonaria ayuda a Afganistán para los próximos años. Medios japoneses informaron ayer que los participantes planean prometer unos 16.000 millones de dólares (13.100 millones de euros).
ayuda con condiciones Según fuentes de las delegaciones, se esperan contribuciones para un lapso de entre cuatro a cinco años a partir de 2013. La ayuda estará sin embargo vinculada a condiciones. Así, Afganistán y los países donantes firmarán un acuerdo marco con obligaciones mutuas. Mientras que se le garantiza al país asiático apoyo durante la etapa de transformación hasta 2024, la nación se compromete a cambio a hacer reformas y a una mejor gobernanza. Además, Kabul deberá prometer que habrá elecciones presidenciales y legislativas libres en 2014 y 2015.
De forma paralela a la conferencia de Tokio, Karzai se reunirá con el emperador japonés, el primer ministro nipón, los ministros de Exteriores japonés, alemán y francés y el secretario general de la ONU, según un comunicado oficial de la presidencia afgana. Al encuentro de un día el domingo asistirán líderes y representantes de 70 países y organizaciones internacionales, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, que llegará a Tokio procedente de Kabul .
El ministro japonés de Exteriores, Koichiro Gemba, adelantó que solo Japón, segundo donante a Afganistán por detrás de Estados Unidos, prometerá 2.200 millones de dólares para el desarrollo del país, además de otros 800 millones de dólares para el mantenimiento de la seguridad hasta 2016.
A ello se sumarán otros 1.000 millones de dólares de ayuda nipona a los países vecinos a Afganistán para mejorar infraestructuras a fin de facilitar los intercambios económicos en la zona, señaló el jefe de la diplomacia nipona a la prensa antes de una recepción previa al encuentro de hoy domingo.
El Gobierno de Kabul había indicado que en Tokio buscaría asistencia civil por valor de unos 4.000 dólares anuales más allá de 2014, la fecha prevista para la retirada completa de las fuerzas extranjeras en Afganistán (ISAF).
Según el Banco Mundial (BM), solo para mantener el desarrollo logrado en los últimos diez años Afganistán necesita al menos 3.300 millones de dólares al año, mientras que si aspira a alcanzar los Objetivos del Milenio para 2024 necesita unos 3.900 millones anuales.
La reunión de la capital nipona se produce dos meses después de la cumbre de la OTAN en Chicago (EEUU), donde este organismo se comprometió a destinar unos 4.000 millones de dólares anuales a Afganistán al menos hasta 2017 para mantener la seguridad tras la retirada de la ISAF.