Asunción. El exobispo Fernando Lugo perdió en la madrugada del sábado la Presidencia de Paraguay tras ser considerado "culpable" de mal desempeño en sus funciones en un precipitado "juicio político" que no pudieron contener ni las gestiones mediadoras de una amplia misión de cancilleres enviada de urgencia por la Unasur.

En apenas 30 horas, Lugo fue juzgado y sentenciado y su vicepresidente, Federico Franco, asumió la Presidencia hasta el término del mandato, el 15 de agosto de 2013.

En medio de las críticas por el cese de Lugo, el propio Franco, quien se mostró ayer confiado en lograr el reconocimiento de los países vecinos y prometió entablar contacto con ellos "en su debido momento", aseveraba: "Acá no hay golpe" .

El mandatario admitió que su situación "no es fácil" y que "hay inconvenientes con la comunidad internacional", pero defendió la legalidad del "juicio político" por el que fue destituido Fernando Lugo de la Presidencia del país, y su llegada al poder. "Acá no hay golpe, no hay quiebre institucional. Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permite para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable", mantuvo. Aunque no fue el único en someterse a este procedimiento constitucional, Lugo sí fue el primero de la historia de Paraguay en ser destituido y, aunque peleó hasta el último segundo, enseguida dio un discurso acatando la decisión pese a que la ley "haya sido torcida como una frágil rama al viento". "Esta noche salgo por la puerta más grande de la patria, salgo por la puerta del corazón de mis compatriotas", dijo un Lugo que hoy perdió su habitual sonrisa, en medio del aplauso de sus colaboradores, presentes en su despedida en el Palacio. "Fernando Lugo no responde a clases políticas, no responde a la mafia ni al narcotráfico", dijo en alusión aparente a las denuncias contra Horacio Cartes, precandidato presidencial "colorado" al que el ex obispo responsabiliza del enjuiciamiento en su contra. El presidente que logró en 2008 acabar con 61 años de dominio político de los "colorados" lo intentó todo en su defensa, desde plantear en el Supremo una "acción de inconstitucionalidad", a pedir un aplazamiento de tres días de las sesiones del juicio y, finalmente, que se desestimaran los cargos por falta de pruebas. No acudió en persona, sin embargo, a la sesión en la que podía defenderse, que encomendó a su equipo jurídico y siguió desde Palacio arropado por la delegación de la Unasur. La enconada lucha por la tierra en Paraguay ha sido el principal argumento de sus opositores.