Londres. El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, dará hoy el "asalto" a Westminster al presentar su plan para convocar un referéndum sobre la independencia escocesa, en lo que será el mayor desafío constitucional al Reino Unido en siglos. Salmond, líder del Partido Nacional Escocés (SNP), estará hoy más cerca de acariciar su ansiada independencia al hacer públicos en el Parlamento de Edimburgo los detalles de la consulta, que quiere convocar en otoño de 2014.

Escocés hasta la médula y tan simbólico de Escocia como el whisky, el haggis (embutido) o el porridge (copos de avena), Salmond ha convertido el debate independentista en su caballo de batalla, con el que quiere cortar la influencia de Londres en los asuntos escoceses. Escocia está unida a Inglaterra a través de la llamada Acta de Unión de 1707, pero el político nacionalista confía en acabar con esta asociación, si bien los partidos mayoritarios británicos defienden esta adhesión. Ante la lucha de Salmond a favor del referéndum, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, decidió no eludir más el asunto y este mes ofreció celebrar la consulta en 2013, un año antes de lo deseado por el político escocés. Salmond prefiere el referéndum en 2014 porque se cumplirán 700 años de la Batalla de Bannockburn, una importante victoria escocesa frente a Inglaterra en las guerras de independencia de Escocia, y porque tendrá más tiempo para recabar apoyos.

Además, el ministro principal defiende que una Escocia independiente será modelo de una sociedad más justa y tolerante gracias a las medidas que han implantado. En unas declaraciones publicadas ayer en el diario The Guardian, Salmond apunta que Escocia puede ser abanderada de ideas progresistas en el Reino Unido y en otros lugares del mundo. Salmond recuerda el caso de las matrículas universitarias gratuitas que disfruta Escocia como ejemplo de las buenas medidas puestas en vigor en su autonomía. El ministro principal se reunirá este viernes en la capital escocesa con el ministro británico para Escocia, Michael Moore, para hablar del futuro referéndum y tratar de resolver la disputa entre Londres y Edimburgo acerca de la fecha de la convocatoria.

Potestad Además, el Gobierno británico y el escocés están enfrentados sobre qué institución tiene la potestad para convocar un plebiscito de este tipo, si es el Parlamento británico de Westminster o el de Edimburgo, y decidir la forma de la consulta. Según Londres, en virtud de la ley de 1998 que dio paso a la autonomía escocesa, es el Parlamento de Westminster el que tiene autoridad para convocar el referéndum, pues cree que Edimburgo no puede tomar medidas que afecten el estatus constitucional del país. Cameron también insiste en la necesidad de que el plebiscito se convoque en los próximos 18 meses para poner fin a la incertidumbre sobre este asunto porque perjudica la economía escocesa.

Entre otros temas, Londres y Edimburgo también están enzarzados en un debate sobre el planteamiento del referéndum, ya que Cameron quiere que haya dos preguntas -independencia o no-, mientras Salmond prefiere una tercera opción, el de una mayor autonomía. El ministro principal ha acusado a Cameron de crear problemas al fijar "condiciones" sobre la consulta y de actuar de manera "thatcheriana", en referencia a la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher, "por su idea de que Londres sabe más y actúa en favor de nuestros intereses". Para Salmond, la independencia escocesa no supondrá una amenaza para el resto del Reino Unido, sino que permitirá a Escocia e Inglaterra disfrutar de una relación más madura, compartiendo, eso sí, la moneda, la monarquía y otras instituciones.