El Cairo. Al menos 600 personas han muerto y cientos más han resultado heridos por enfrentamientos tribales en Sudán del Sur, según confirmaron ayer fuentes de la ONU en declaraciones a la cadena panárabe Al Jazeera.
Este sábado pasado las autoridades sudanesas revelaron que al menos 500 personas habían muerto por los enfrentamientos étnicos en la región de Jonglei, situada en el este del recién nacido país africano de Sudán del Sur.
La violencia estalló el jueves pasado, después de que la etnia Murle robase presuntamente a la mayoritaria Lou Nuer aproximadamente 40.000 cabezas de ganado, una de las principales fuentes de subsistencia en la región africana. Entonces al menos 38 personas, entre ellos mujeres y niños, fueron asesinadas, según informó el pasado viernes el gobernador de la región de Jonglei, Kuol Manyang Juuk. Según Juuk, miembros de la etnia Murle secuestraron a mujeres y niños, quemaron varias casas y se repartieron el ganado.
Además, más de 980 personas resultaron heridas en los enfrentamientos tribales, según informaron las mismas fuentes de Naciones Unidas que trabajan sobre el terreno.
Al menos 2.368 personas han muerto en 330 incidentes violentos, desde que comenzó el año hasta junio en Sudán del Sur, según un informe realizado por Naciones Unidas dado a conocer el pasado mes de julio.
Precisamente el pasado 9 de julio, la región de Sudán del Sur se convirtió en un Estado independiente después de que más del 99% de los sursudaneses decidieran separarse del resto de Sudán en el referéndum celebrado el pasado mes de enero, con el apoyo de la comunidad internacional y previsto en el acuerdo de paz que firmaron Jartum y Juba en el año 2005.
Pero los diplomáticos de la comunidad internacional destinados en esta región africana manifiestan su continua preocupación por la inestabilidad política del nuevo país y las tensiones existentes con Jartum.