El homenaje paralizó el centro de la capital escandinava, y estuvo encabezado por la familia real noruega y el primer ministro del país, el laborista Jens Stoltenberg, en un acto solemne frente al edificio central de la Universidad de Oslo.
El minuto de silencio, observado también en otros países escandinavos, tuvo lugar una hora antes de que el autor confeso de los ataques, Anders Behring Breivik, comience a declarar en el juzgado de distrito de Oslo en relación con la doble tragedia.