Copenhague. Dinamarca, país firmante del Tratado de Schengen que elimina las fronteras interiores en Europa, restablecerá los controles aduaneros permanentes con Alemania y Suecia, según un acuerdo al que llegó ayer el Gobierno liberal-conservador con la ultraderecha. El acuerdo se cerró la víspera de que la Unión Europea debata una propuesta franco-italiana que plantea la suspensión temporal del Tratado para afrontar situaciones "excepcionales" como la que se está produciendo en la actualidad con la llegada masiva de inmigrantes que huyen de la guerra en Libia.

El ministro de Finanzas danés, el liberal Claus Hjort Frederiksen, señaló que el objetivo de esta medida es "frenar el aumento de la criminalidad en Dinamarca" y que la reforma se realizará dentro del marco fijado por Schengen.

El Gobierno contó con el apoyo del ultraderechista Partido Popular Danés, su aliado externo desde 2001, y del único diputado cristianodemócrata, necesario para poder asegurarse la mayoría parlamentaria. "Hemos constatado una creciente criminalidad en los últimos años, tráfico de personas y de dinero. Uno de los medios efectivos para combatirlos es el control de fronteras", dijo Frederiksen.

Dinamarca invertirá en los próximos años 270 millones de coronas danesas (unos 36 millones de euros) para reforzar sus fronteras. La mayor parte del dinero se destinará a instalar puestos de control junto a las fronteras con Alemania y con Suecia y en los puertos, así como a aumentar el personal de aduanas. "Invertiremos en equipos para identificar matrículas y habrá escáneres que pueden descubrir a personas, armas o drogas en contenedores", señaló Frederiksen.

Las primeras medidas entrarán en vigor dentro de tres semanas, aunque el plan no se aplicará completamente hasta 2013, según los cálculos del Ejecutivo danés.

lectura El restablecimiento de los controles fronterizos era una de las exigencias del Partido Popular Danés (DF) para avanzar en las negociaciones que mantiene desde hace semanas con el Gobierno para reformar el sistema de bienestar, en especial la eliminación de las prejubilaciones, a las que los ultraderechistas se oponen. La líder del DF, Pia Kjaersgaard, no ocultó su satisfacción tras haber sido presentado el acuerdo y destacó que su partido ha "luchado" durante años para instaurar un sistema que en su opinión supone regresar a los controles que existían en la década de 1980. Kjaersgaard y el DF llevan una década haciendo posible que la coalición de liberales y conservadores gobierne con mayoría absoluta en Dinamarca y han logrado impulsar la política de inmigración más restrictiva de toda la UE, gracias a que este país nórdico mantiene excepciones en varias áreas al tratado de Maastricht desde 1993.

Las negociaciones sobre la reforma del Estado de bienestar danés, en las que también participa el opositor Partido Radical Liberal, son consideradas como el paso previo a la convocatoria de elecciones generales. Si el primer ministro, el liberal Lars Loekke Rasmussen, no consigue una mayoría sólida que apoye su plan de reforma, que ya han rechazado los dos principales partidos de la oposición, podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas antes de noviembre, el último mes en que podrían celebrarse.