TUSCALOOSA. La serie de tornados y fuertes tormentas que ha azotado el sur y el este de Estados Unidos que ha dejado un total de 310 muertos. Ayer, El presidente estadounidense, Barack Obama, visitó la zona más afectada.
Acompañado por su familia, el mandatario norteamericano se desplazó hasta la ciudad universitaria de Tuscaloosa, en el estado de Alabama, la zona más afectada por las inclemencias meteorológicas, que han provocado daños materiales y víctimas en siete estados.
La serie de tornados y tormentas de esta semana ha sido la peor catástrofe natural que ha sufrido el país desde el paso del huracán Katrina en 2005. Sólo en Alabama han habido 210 muertos.
Obama quiso demostrar con su visita que la ayuda del Gobierno federal a las zonas más afectadas por tornados y tormentas está en camino y que no aborda esta cuestión con ligereza. Su predecesor en el cargo, el presidente George W. Bush, fue duramente criticado por su lenta reacción ante el huracán Katrina.
La recuperación de los territorios afectados por las tormentas y los tornados podría costar miles de millones de dólares y, a pesar de la ayuda federal, los estados damnificados podrían tener dificultades para recuperarse de la crisis económica.
Además de las muertes registradas en Alabama, también ha habido víctimas mortales en Mississippi, Tennessee, Arkansas, Georgia, Virginia y Louisiana.
La segunda mayor planta nuclear de EEUU, la central de Browns Ferry en Alabama, podría permanecer inoperativa durante semanas después de perder el suministro eléctrico por los tornados, lo que provocó que se desconectaran automáticamente sus tres reactores, evitando un desastre nuclear, según las autoridades.
A primera hora de ayer, las autoridades desplegaron equipos de búsqueda y rescate en Tuscaloosa para ayudar a los supervivientes a recoger los escombros de las viviendas y establecimientos destrozados.
La serie de tornados, incluido uno de 1,6 kilómetros de diámetro, dejó una senda de destrucción que redujo viviendas a escombros, volcó vehículos y dejó muchas zonas sin suministro eléctrico y otros servicios.
La ayudante del alcalde de Tuscaloosa, Heather McCollum, situó en 42 la cifra de muertos en la localidad, aunque advirtió de que podrían aumentar. Además, indicó que hay un 900 heridos.
Los tornados han dejado a cientos de personas sin hogar, que ahora se alojan en refugios y las autoridades impusieron el toque de queda para impedir saqueos. Un millón de hogares están sin electricidad y las autoridades de Alabama y de Tennesse pidieron a los ciudadanos que llenen los depósitos de combustible ante la posible escasez de suministro.
La Universidad de Alabama, en Tuscaloosa, donde han muerto dos estudiantes, decidió cancelar los exámenes finales y posponer hasta agosto las graduaciones.