Cancún. La XVI Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, que pretende acordar acciones para luchar contra el calentamiento global del planeta, comenzó ayer en el balneario mexicano de Cancún y se prolongará hasta el próximo 10 de diciembre.

La ceremonia de inauguración comenzó a las 10 de la mañana (17 horas en España) con unas palabras del Premio Nobel de Química mexicano, Mario Molina, ante un foro encabezado por el presidente de México, Felipe Calderón.

Tanto los expertos como importantes personalidades en la lucha contra el cambio climático albergan muy pocas esperanzas de que esta cumbre desemboque en la firma de un acuerdo satisfactorio tras el fracaso del encuentro previo en Copenhague.

Pero frente a las exageradas expectativas del encuentro celebrado el pasado diciembre en Dinamarca, muchos analistas anticipan que, gracias al bajo perfil del encuentro en la ciudad mexicana, es posible que exista el suficiente margen de maniobra para sentar las bases de un futuro tratado sobre la protección del medio ambiente, que por fin sustituya de manera efectiva al alcanzado en Kioto.

La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, deseó ayer que la cumbre sobre cambio climático de Cancún suponga avances y concluya con un "paquete equilibrado", ya que de lo contrario algunos países empezarán a perder la paciencia.

La ONU espera que en Cancún se consiga, al menos, cierto impulso, porque "de lo contrario la gente va a perder la fe en el sistema", según considera el director del Panel de la ONU sobre Cambio Climático, Rajendra Prachauri.

Los participantes perciben el encuentro de Cancún como una transición entre Copenhague y el que se teme podría ser la reunión "definitiva": Durban, concebida como la última oportunidad para entablar una estrategia común para la protección del medio ambiente. Si fracasa la reunión de diciembre de 2011 en Sudáfrica, es posible que los países comiencen a desarrollar estrategias unilaterales, bilaterales como mucho, y sin ningún tipo de consenso internacional. Lo que tampoco tiene por qué ser del todo perjudicial, según los expertos.

No obstante, hay expertos que defienden una estrategia colectiva como única solución viable. La opinión del director ejecutivo de Climate Analytics, Bill Hare, es que "necesitamos un proceso multilateral para establecer reglas comunes a la hora de informar sobre las emisiones de gases contaminantes, porque de lo contrario habrá países que tomarán las decisiones equivocadas".