MONTERREY (MÉXICO). Un tiroteo entre militares y delincuentes en el norteño Estado de Nuevo León (fronterizo con EEUU) concluyó con diecinueve sicarios muertos, informaron anoche fuentes oficiaes.
El suceso tuvo lugar sobre las tres de la tarde del miércoles (20:00 GMT) en la carretera entre los municipios de General Treviño y Cerralvo -a unos 100 kilómetros al este de la capital Monterrey- cuando los soldados se toparon con un convoy de varias camionetas, en el que viajaban hombres armados.
A los sicarios les decomisaron alrededor de doce camionetas y armamento de grueso calibre, entre las que sobresale un fusil Barret calibre .50 -capaz de perforar gruesos blindajes y con un alcance de kilómetros- así como granadas de fragmentación y para lanzagranadas.
Según la Procuraduría de Justicia estatal, tras el tiroteo -sucedido en los límites con el vecino y violento Estado de Tamaulipas- se reforzaron las medidas de seguridad en Monterrey, tercera metrópoli del país, que hoy celebra como todo México el Bicentenario de la Independencia.
Ante la posibilidad de ataques por parte del crimen organizado, tres helicópteros y efectivos de los cuerpos de seguridad vigilan la urbe, donde en los últimos meses se han registrado más de 500 muertos, gran parte de ellos atribuidos a la pugna entre cárteles del narcotráfico.
Las cercanías del municipio de General Treviño fueron objeto recientemente escenario de otro enfrentamiento entre el Ejército y el crimen organizado, en el que murieron 25 sicarios del cártel de Los Zetas, en un rancho que usaban como campo de entrenamiento.
El Ejército es empleado desde finales de 2006 como punta de lanza en la lucha contra el narcotráfico que emprendió el Gobierno federal; los soldados se apostan regularmente en las carreteras del país, especialmente en los estados fronterizos del norte.
Desde diciembre de 2006, el país acumula más de 28.000 muertos.