Copiapó. Las familias de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile realizaron ayer un emotivo acto en el yacimiento San José para recordar a sus seres queridos, a un mes del derrumbe que los dejó encerrados a 700 metros de profundidad.
Un grupo de familiares, acompañados por el ministro chileno de Minería, Laurence Golborne, subió al cerro contiguo a la mina, donde ondean 32 banderas chilenas, una boliviana y otra uruguaya, esta última donada por los supervivientes de la tragedia de Los Andes que visitaron el campamento el sábado.
Golborne izó una bandera chilena y, megáfono en mano, nombró a los 33 trabajadores ante los aplausos de sus allegados, la mayoría de los cuales no pudo contener las lágrimas. Igual de emocionados se mostraron otros familiares que declinaron subir al cerro y decidieron quedarse en el campamento Esperanza, a los pies de la mina.Posteriormente se cantó el himno nacional, mientras los vehículos hacían sonar el claxon en un sonoro bocinazo aproximadamente la misma hora en que se produjo el derrumbe el 5 de agosto. Mientras el psicólogo Alberto Iturra, responsable del equipo de apoyo psicológico a los mineros, se mostró el sábado contrario a enviarles empanadas y vino el próximo 18 de septiembre para celebrar las fiestas patrias. La posibilidad fue planteada hace pocos días por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, aunque el psicólogo lo consideró poco conveniente.
"No podemos arriesgarnos a una indigestión abajo, porque de nuevo perderíamos peso, de nuevo habría deshidratación y de nuevo tendríamos problemas infecciosos", dijo. Sobre la posibilidad de ofrecerles vino, el psicólogo se opuso "terminantemente" porque no sabe en qué condiciones se encuentran. "¿Qué pasa si alguien no se lo quiere tomar y se lo da al del lado y el otro tampoco se lo quiere tomar y se concentra el alcohol en tres o cuatro personas? ¿Cómo nos hacemos cargo de eso?", se preguntó el galeno.