El designado primer ministro de Corea del Sur, Kim Tae-ho, presentó ayer su renuncia, antes de que el Parlamento surcoreano votara oficialmente su nombramiento, por la polémica levantada por un supuesto caso de donaciones ilegales. "Presento mi renuncia al puesto con la idea de que no debería ser un obstáculo para que el presidente Lee Myung-bak lleve a cabo sus asuntos de Estado", dijo Kim en mensaje televisado a nivel nacional.
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