WASHINGTON. El presidente de EEUU, Barack Obama, reiteró hoy que sin la reforma de salud, promulgada la semana pasada y que no acaba de convencer a los ciudadanos según varias encuestas, el país se estaría encaminando a la bancarrota.

"No pienso a corto plazo basado en las encuestas diarias. Miro lo que necesito el país a largo plazo", alegó el mandatario en una entrevista con la cadena CBS.

Un sondeo publicado el fin de semana pasado en el Washington Post, indica que los estadounidenses siguen divididos sobre la reforma, pues el 46 por ciento la respalda, mientras que el 50 por ciento que la rechaza, aunque en nivel de aprobación a la gestión de Obama sigue alta con el 53 por ciento que valoran su gestión.

"Lo que sabemos es que las primas de los seguros de salud han aumentado un 30 por ciento y un 40 por ciento para aquellas personas que no trabajan para grandes compañías. Pequeñas empresas se ven obligadas a cerrar sus negocios y los costes de Medicare y Medicaid los seguros médicos para los pobres y los jubilados) son insostenibles", afirmó.

Por ello, explicó, quiso hacer un esfuerzo para cambiar el sistema sanitario, porque de lo contrario "este país iba a la bancarrota".

Los demócratas han asegurado que una vez aprobada la reforma y el público comience a ver sus beneficios las encuestas cambiarían.

La reforma, que amplía la cobertura médica a 32 millones de estadounidnses para 2019, pretende reducir los costos del cuidado de la salud e impone más exigencias a las aseguradoras.

Desde el comienzo de las negociaciones sobre la reforma, hace 13 meses, la opinión pública se ha mantenido dividida sobre el tema y su aprobación en la Cámara de Representantes suscitó, por partes iguales, reacciones de euforia y de furia.

Los republicanos prevén centrar sus campañas de reelección de cara a las legislativas en noviembre en la revocación de la reforma, y repiten su rosario de quejas de que ésta supone una costosa intrusión del Gobierno que aumentará los impuestos y el déficit y recortará los beneficios de Medicare para gente de la tercera edad.

Pero Obama está convencida de que ha hecho lo que tenía que hacer. "Era lo apropiado", señaló.

El presidente de EEUU dijo, no obstante, que las críticas descalificadoras y la retórica de detractores y opositores son "preocupantes", pues el calificativo más amable hacia Obama ha sido "socialista" y el peor "nazi", según le recordó la cadena CBS durante la entrevista, pero aseguró que en política y en su puesto uno termina creándose "un caparazón".

Sin embargó, se mostró preocupado por un ambiente político en el que una de las partes sea "demonizada", ya sean los republicanos o demócratas, y dijo que había que "cambiar el tono" de los debates para crear un entorno en el que se puede estar en desacuerdo sin acusaciones desagradables.