copenhague. La Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático (COP15), que se celebra hasta el próximo 18 de diciembre, arrancó ayer en Copenhague con un claro mensaje de lograr un acuerdo global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta, pese a las divergencias entre países ricos y pobres.
Tanto el primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, como el responsable de los preparativos de la conferencia, Yvo de Boer, instaron en la sesión plenaria inaugural de esta cumbre, la mayor jamás celebrada sobre el cambio climático, con unos 15.000 participantes, a consensuar un "acuerdo sólido y ambicioso".
De Boer afirmó que sólo se podrá hablar de éxito si se acuerdan "acciones significativas e inmediatas que entren en vigor al día siguiente de la clausura" de esta cumbre.
Recordó que la cuenta atrás ya ha empezado y que es hora de dar respuetas, por lo que pidió a los delegados de los 192 países reunidos en la cumbre de Copenhague, que se celebrará hasta el día 18, un "pastel de Navidad" formado por tres capas. Habrá que consensuar la implementación de acciones inmediatas de mitigación, adaptación, financiación y tecnología; luego asegurar la financiación a largo plazo y por último, tener una visión compartida sobre un futuro bajo en emisiones de CO2 para todos.
La presidenta de la conferencia, Connie Hedegaard, manifestó que "se acabó el tiempo de reiterar posiciones y de declaraciones. Hace falta acción real" y aseguró que es "el momento de actuar", pese a que "hay muchos obstáculos". Aunque para una gran mayoría ya está descartado un documento vinculante en Copenhague, José Hernández de Toro, portavoz de la ONG Oxfam Internacional, expresó su confianza en que "se logre un acuerdo que sea justo con los que más han sufrido las consecuencias del cambio climático sin haberlo provocado".
Pero tanto los movimientos ecologistas como muchos delegados de los 192 países participantes dan pocas posibilidades de alcanzar el ambicioso compromiso global de recortar hasta el 40% de los gases de efecto invernadero hasta 2020, frente a los valores de 1990.
Según Hernández de Toro, lo que debe evitarse es que los líderes políticos, de los que más de un centenar han confirmado su asistencia a la cumbre, vayan a Copenhague "sólo para sacarse la foto" y no consigan ningún compromiso.
En este contexto, Rasmussen, recordó ante la sesión plenaria que el mundo confía en las delegaciones y todos los reunidos para forjar un acuerdo y que "los líderes no han venido a Copenhague sólo para hablar, sino para actuar". "Necesitamos un acuerdo que satisfaga a todas las partes y que sea fuerte y ambicioso", dijo, tras apuntar que irán a Copenhague los 110 jefes de Estado y de Gobierno en lo que calificó la mayor movilización hasta ahora contra el cambio climático.
China y EEUU, los dos países más contaminantes del mundo, con un 40% de las emisiones de CO2, acuden a Copenhague con una propuesta de recorte, al igual que Brasil, que va a la conferencia con una nutrida delegación de más de 700 miembros.
La UE aseguró que aún tiene que analizar los compromisos anunciados por varios países en la lucha contra el cambio climático para tener claro su alcance, pero reiteró su intención de reducir sus emisiones hasta un 30% en 2020 si estos permiten un acuerdo "ambicioso".
límite al calentamiento global La directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Alicia Montalvo, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, insistió ayer en la necesidad de "alcanzar un acuerdo ambicioso y exhaustivo con todos los elementos esenciales que permitan mantener el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados".
El presidente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, Rajendra Pachaury defendió ayer en Copenhague los descubrimientos sobre el carácter antropogénico del calentamiento del planeta, después de que los escépticos asegurasen que las filtraciones de correos electrónicos de una universidad británica han echado por tierra estas evidencias.
La ceremonia inaugural, que comenzó con un retraso de más de 40 minutos, estuvo protagonizada por el trompetista danés Palle Mikkelborg y el coro juvenil femenino de la televisión pública danesa.