Washington. El Gobierno de Estados Unidos declaró ayer que las emisiones de gas invernadero representan un peligro para la salud, lo que permite a la Casa Blanca tomar medidas contra el calentamiento global sin necesidad de contar con el Congreso.

La medida tiene su raíz en una sentencia del Tribunal Supremo, que ordenó a la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA) determinar si los gases invernadero son perniciosos para la salud dentro de la Ley para un Aire Limpio. Especificar la peligrosidad de esos gases permite al Gobierno aplicar una serie de reglamentos anticontaminantes contra los gases invernadero emitidos. El sector empresarial alega que imponer esa serie de reglamentos obligaría a muchas pequeñas empresas a adoptar una serie de medidas muy caras para cumplir con la ley. Aunque la administración tiene previsto eximir a las instalaciones que emitan menos de 25.000 toneladas de dióxido de carbono o su equivalente al año. Sin embargo, los grandes contaminantes, aquellos que emiten más de 25.000 toneladas, representan el 70% de las emisiones de gases invernadero en EEUU.

La propuesta de la Casa Blanca para la cumbre de Copenhague prevé reducir las emisiones de su país en un 17% para el año 2020 frente a los niveles de 2005. El esfuerzo será progresivo, de manera que para 2025 se habrá reducido en un 30%, para el año 2030 un 42%, y para el 2050 un 83%, según esta propuesta.

Con esta medida, la Casa Blanca quiere demostrar que toma iniciativas para recortar las emisiones del país más contaminante del mundo. Inicialmente el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había planeado desplazarse a la capital danesa mañana, de camino a Oslo, donde recibirá el premio Nobel de la Paz. El viernes pasado anunció un cambio de planes e indicó que ahora se desplazará el día 18 en la jornada de clausura, con el objetivo de presionar para un acuerdo sustancial.