santiago de chile. Víctor Jara, el cantautor chileno asesinado en 1973 por militares y que ganó la inmortalidad a través de su música, fue enterrado ayer de nuevo por sus compatriotas, que al fin pudieron ofrecerle un entierro que resultó multitudinario.

Vamos por ancho camino, festejaba una de las canciones de este artista, nacido en 1932 en la sureña provincia de Ñuble, que no tuvo una formación musical académica, que estudió en un seminario y que fue además un destacado director de Teatro, ganador del Premio de la Crítica en 1965.

Familiares y miembros de la Fundación Víctor Jara quisieron ofrecerle ahora un verdadero funeral, como el homenaje que no pudo recibir cuando fue enterrado en condiciones penosas y semiclandestinas el 18 de septiembre de 1973 (cinco días después del golpe militar de Chile), pero también lamentaron, como dijo su viuda, la británica Joan Turner, que su crimen siga impune.

Izquierdista militante, Víctor Jara impregnó su música con un contenido social de inequívoco significado, con apologías al revolucionario argentino-cubano Che Guevara (El Aparecido), indignación ante la injusticia (Preguntas por Puerto Montt) o de una épica de los trabajadores (El Arado) o reflexiones sobre la pobreza (Luchín).

Pero, también, según dijo el musicólogo Rodrigo Suárez, su música, y especialmente sus letras, contienen valores universales que no pierden vigencia, como la solidaridad o la amistad, así como un apego a su tierra, tradiciones y personajes.

También el amor que, a juicio del experto, es un aspecto poco estudiado en la obra de Jara, considerado casi exclusivamente un cantante de protesta, pero cuyas composiciones incluyen temas románticos "de impresionante belleza", como Deja la vida volar o Te recuerdo Amanda.

La trayectoria musical de Jara se inició a comienzos de la década de los 50, cuando también comenzó sus estudios de actuación y dirección teatral en la Universidad de Chile, donde dirigió en 1959 su primera obra. Se trataba de Parecido a la Felicidad, de Alejandro Sieveking. Desde entonces, las canciones de Víctor Jara se escuchan en todo el mundo, tanto en sus propias grabaciones como en las voces de artistas como Joan Manuel Serrat o Silvio Rodríguez.