El Q3 no es un modelo cualquiera dentro de Audi; de hecho, desde su lanzamiento en el año 2011 y hasta mediados de 2025, se habían vendido más de dos millones de unidades. Eso quiere decir que, de la amplísima gama de modelos SUV de la marca alemana, este Q3 es uno de los más vendidos en dura pugna con su hermano mayor, el Q5, lo cual denota la importancia clave que ya tiene ese coche dentro de la firma de los cuatro aros.

Pues bien, en este último trimestre del año llega a los concesionarios de Euskadi la que ya es su tercera generación. Lo hará, como sus antecesores, con la posibilidad de elegir entre dos tipos de carrocería: una de corte más clásico y otra, apellidada Sportback, que se caracteriza por una apariencia más deportiva (cuenta con una silueta “de tipo coupé” con un portón trasero más inclinado y una altura total 29 mm inferior; la longitud no cambia y es de 4,51 m) y un precio 1.900 euros superior… si bien mecánicamente serán idénticas. 

En este último trimestre del año llega a los concesionarios de Euskadi la que ya es su tercera generación. Glacier white metallic, static outdoor shot, exterior, rear three-quarter view

La nueva generación estrena un nuevo diseño, mucho más parecido al de los Audi modernos, donde el sistema de iluminación gana protagonismo. Así, en la parte delantera recurre a unos faros de leds con tecnología matricial. Esto quiere decir que cada faro integra un total de 23 segmentos de luz, de tal manera que se pueden apagar o encender selectivamente. ¿Eso qué logra? Pues, por ejemplo, que se pueda circular de noche con las luces largas pero sin deslumbrar a otros conductores, ya que el Q3 creará “zonas de sombra” para evitar cegar a quienes vengan de frente.

Otros aspectos que llaman la atención son lo bien disimulados que se encuentran los sensores y radares. Asimismo, se ha cuidado la aerodinámica, con soluciones como una entrada de aire activa en la parte inferior del paragolpes, que se abre cuando hay necesidades de refrigeración, pero que permanece cerrada el resto del tiempo, reduciendo el CX de penetración en el aire hasta dejarlo en 0,30, que es un valor razonable.

Tanto la versión ‘normal’ como la Sportback, destacan por la posibilidad (ya típica en todos los Audi) de dotar al exterior de una apariencia más deportiva, combinándolo con el pack deportivo S-Line, que implica paragolpes diferentes, llantas de aleación de 19” (las más sencillas que puede montar son de 17”)... Incluso yendo un paso más allá, el pack Black line suma llantas de 20” o cristales tintados. 

Audi Q3 SUV. Dynamic photo, Colour: Sage green

También es habitual en los Audi que ofrezcan una amplia gama de colores: hasta 11 se pueden escoger para los Q3, a los que se puede sumar cualquier pintura personalizada que desee el cliente a través del programa Exclusive… si bien suponen entre 3.500 y 5.500 euros de sobreprecio.

En cuanto al interior, el salto en diseño respecto a su predecesor es, si cabe, más evidente. Buena parte ‘de culpa’ la tienen las pantallas de la instrumentación y la parte multimedia, que ganan protagonismo y pulgadas. De hecho, la primera mide 11,9”, que equivale a 30,2 cm de tamaño en diagonal, mientras que la segunda, en la consola central pero orientada hacia el conductor, alcanza las 12,8” (32,5 cm). Además, una tercera pantalla en forma de HUD (sistema de proyección de datos en la zona del parabrisas) completa la información que recibe la persona a los mandos.

Algo que sorprende del puesto de conducción es el original diseño de los mandos ubicados tras el volante. Por primera vez en el Q3, en el lado derecho va integrada la palanca que activa el selector del cambio de marchas; el reposicionamiento de ese mando aporta ventajas, como que la consola central tiene una apariencia más despejada y ofrece un extra de espacio para llevar objetos (la cartera, el móvil, las llaves…), además de llevar instalada una superficie de carga inalámbrica para móviles.

Las pantallas de la instrumentación y la parte multimedia, que ganan protagonismo y pulgadas. Cockpit

Por concluir con el interior, la tecnología de la nueva generación de este Audi del segmento C-SUV contempla elementos como un equipo de sonido de alta gama de Sonos (con 420W de potencia máxima), un completo dispositivo de iluminación ambiental, el asistente virtual con Inteligencia Artificial para la parte multimedia (que funciona con Android Automotive), posibilidad de incorporar un sistema de calefacción estacionaria (para calentar el coche en invierno antes de subirnos a él)...

Pero como decíamos al principio, la electrificación va a jugar un papel importante en este nuevo Q3. Es cierto que en su antecesor ya existían variantes híbridas enchufables con la etiqueta ‘Cero’, incluso algunas micro-híbridas con etiqueta ‘eco’, pero gran parte de la gama se tenía que conformar con la etiqueta ‘C’. Ahora, en el Q3 2025, hay importantes novedades en ese sentido, que son aplicables a ambas carrocerías del modelo.

Para empezar, en gasolina, la versión más básica y posiblemente una de las más demandadas ya estará ‘hibridada’, dando como resultado un propulsor 1.5 turbo de cuatro cilindros con 150 CV, capaz de anunciar un consumo medio que ronda los seis litros. Por encima se va a emplazar un 2.0 en versiones de 204 y 265 CV que, curiosamente, no llevan esa tecnología para ayudarle a reducir los consumos, algo que vendría bien porque son las dos únicas variantes que cuentan con tracción total (el resto son de tracción delantera), y eso incrementa el peso. Eso sí, la versión de 265 CV se permite estar a la altura de muchos GTI, con su aceleración de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos.

La mencionada electrificación se hace mucho más palpable en las variantes eHybrid. La mecánica que emplean (compartida con otros modelos del Grupo VW, como el Cupra Formentor o el VW Tiguan) dispone de un motor principal que es un 1.5 sobrealimentado de 177 CV. Como complemento hay otro motor eléctrico que aporta 116 CV, para lograr una cifra de potencia total de 272 CV.  En combinación con el cambio automático de seis velocidades, y a pesar de un peso cercano a los 1.900 kg, la aceleración de 0 a 100 km/h es muy buena, con solo 6,8 segundos.

Con todo, lo mejor tiene que ver con la batería de la que los motores eléctricos toman su energía. Es considerablemente grande, con una capacidad máxima aprovechable de 19,7 kWh. El resultado es que, con una recarga completa, puede aproximarse a los 120 km de autonomía, de tal forma que para los trayectos del día a día se antoja como más que suficiente. Llegado el momento de cargar, dicha batería es compatible con ciclos de carga de 50 kW, pudiendo pasar del 10 a 80% en apenas 26 minutos. Esa buena autonomía eléctrica se agradece a la hora de afrontar viajes, porque luego el depósito de carburante es algo pequeño, con 45 litros.

Por cierto, resulta interesante que la gama conserve una alternativa de gasóleo, en concreto el excelente 2.0 TDI de 150 CV que, sin ningún tipo de electrificación, sigue siendo una muy buena opción por su relación entre prestaciones y consumos ajustados.

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En cuanto a los precios de este modelo, en la versión con carrocería tradicional arrancan en los 46.590 euros, alcanzando los 56.090 euros en la versión híbrida enchufable. Sin embargo, no es la más cara, ya que ese papel lo juega la versión de gasolina con 265 CV, que solo se vende con las terminaciones más deportivas y, por eso, parte desde los 62.810 euros. Como decíamos al inicio, la carrocería Sportback implica un aumento de precio de 1.900 euros, que se puede considerar una cantidad de precio muy razonable teniendo en cuenta su apariencia más llamativa y exclusiva.