Las vueltas que da la vida. Cuando solo contaba con 17 años y estaba inmerso en su segunda temporada en el Campeonato del Mundo, andaba cerca de quedarse sin equipo. Tan mal lo pasó en el Sky Racing de Moto3 que sumado a la falta de ofertas para continuar en la élite llegó a sopesar una retirada prematura. Francesco Bagnaia vivía triste.
Sin embargo, Pecco, serio e introvertido, es quien lleva hoy la alegría a Italia. Es quien marca la pauta de MotoGP. Es el vigente campeón y ejerce como tal en la dulce resaca de su segundo título, el primero en la categoría reina. Está inspirado el turinés, que ha encontrado la regularidad con tres podios consecutivos, dos de ellos contados por victorias, la última de ella en el Gran Premio de los Países Bajos. Atesora cuatro victorias de carrera y tres de esprint tras ocho pruebas disputadas.
De algún modo, era una conquista necesaria para detener el ímpetu de sus rivales directos, de Jorge Martín, que dominó el fin de semana anterior, y de Marco Bezzecchi, que venía encabezando las tablas de tiempos en Assen. Bagnaia no especuló en La Catedral. Trabajó con desenfreno. Es un artista de las arrancadas. Se aupó al liderato en los metros inaugurales y con la salvedad de casi dos vueltas lideradas por Brad Binder, abrió el paso de los pilotos en cada giro.
Detrás, Binder contenía a Bezzecchi, lo que aprovechó Bagnaia para construir un margen de un segundo que fue su parapeto constante, un escudo impenetrable. “He tenido que esperar muchas vueltas para adelantar a Brad, que frenaba muy fuerte”, lamentó Bezzecchi, que al alzarse en la segunda posición tenía a Pacco a distancia de ese sólido segundo. El cinturón de seguridad privó al constante Bezzecchi, que tiró de acelerador con voluntad, que rodó a ritmo de cabeza, pero que ya había cedido un margen que Bagnaia hizo irrecuperable.
“Los que me seguían iban muy rápido y trataba de abrir hueco, lo que solo he podido hacer en las últimas vueltas. Iba al límite”, repasó Bagnaia, olvidadizo, porque el frenesí que se vive dentro del casco a veces no permite observar la realidad como tal. Lo cierto es que en la vuelta 17 de las 26 programadas ya gozaba de ese divino segundo que sería la lápida para el triunfo de Bezzecchi, que ofreció síntomas de poder dar caza al líder, pero que se quedó con las ganas.
Binder cedió metros y su carrera se convirtió en una defensa del podio, con Aleix Espargaró y Jorge Martín al acecho, como una jauría. El caso de Espargaró merecía especial admiración, ya que rodó lesionado de un pie y sin una de las aletas de su Aprilia al sufrir un toque con Luca Marini al comienzo de la carrera. Y sin el ápice, no dio muestras de sufrir, pese a que sufrió: “Se me movía mucho la moto, era difícil mantenerla”. Tiene mérito teniendo en cuenta la exigencia del circuito, donde acontecieron seis caídas (Miller, Quartararo, Zarco, Viñales, Bastianini y Di Giannantonio) y dos abandonos (Oliveira y Lecuona).
Binder es sancionado y Aleix Espargaró sube al podio
Aleix no logró adelantar a Binder y cerró la jornada en cuarta posición. Martín cerró el día con la quinta plaza. Pero nada más cruzar la meta los tres, como si fueran un convoy, la organización quitó una posición a Binder, que perdió el podio por pisar fuera de los límites de la pista en la última vuelta, la misma acción que el sábado también le retrasó una plaza en la carrera al esprint.
Bagnaia firmó su segunda victoria consecutiva en Assen, lo que no sucedía desde 2005, con Valentino Rossi. Además igualó a Andrea Dovizioso como tercer piloto italiano con más victorias en la categoría reina: 15. Por delante aparecen Giacomo Agostini (68) y Rossi (89). También, esas mismas quince conquistas convierten a Pecco en el segundo piloto en solitario con más triunfos con Ducati, únicamente superado por Casey Stoner (23). Bagnaia afronta así unas plácidas vacaciones: su ventaja en el campeonato es de 35 puntos sobre Jorge Martín y 36 sobre Bezzecchi.
Marc Márquez no toma la salida
Un piloto al que le vendrá bien un periodo vacacional es a Marc Márquez, que no tomó la salida, donde ocupaba la decimoséptima pintura. Tras dos caídas, una el viernes y otra el sábado, decidió causar baja después de pasar una mala noche debido a una costilla fracturada. “Estoy en el peor momento de mi carrera”, asegura. El parón le servirá para reflexionar, porque suma catorce caídas este año y aún no ha puntuado en una carrera dominical. Honda, también con las bajas de Joan Mir y Álex Rins, solo contó con el sustituto Lecuona, a quien le falló la moto cuando rodaba undécimo para agudizar la crisis, y Takaaki Nakagami, octavo. El Mundial se reanuda el 6 de agosto, con el Gran Premio de Gran Bretaña.