Irati Azkoiti empezó a dar clases de ballet a los 3 años, llegando a examinarse por la Royal Academy of Dance, y en los momentos más duros de la pandemia colaboró en Refena (Recinto ferial de Navarra) cosiendo material sanitario. Siempre está dispuesta a descubrir cosas nuevas, pero esta vez intercambiamos papeles y deja que la descubramos.

¿Quién es Irati?

Una estudiante de Diseño de moda de Pamplona a punto de graduarse. Mis proyectos los considero el proceso más importante, ya que es cuando trabajo la creatividad. Siempre intento combinar conocimientos artesanos con nuevos materiales.

Es lo que más le importa...

Me esfuerzo en dar valor a mis raíces y herencia cultural. Me impulsa el deseo de conocer y experimentar, creando lo que no sé representar. Quiero conocer el origen de la materia prima para poder transformarla y crear materiales nuevos.

¿Cuándo empezó en esto?

Recuerdo cuando de pequeña me ponía enferma y no podía ir a la ikastola, mi amona se quedaba a cuidarme y hacíamos muñecos de trapo. Creo que ahí empezó todo.

Y desde ese momento no lo dejó de lado...

Así es. Recuerdo hacer disfraces de carnaval de pequeña, y ya de mayor iba a comprar ropa y veía cosas que cambiaría.

Pero no fue lo primero que pensó en estudiar.

Cuando terminé Bachiller me gustaban mucho la física y el dibujo técnico, y un poco por tradición familiar entré en Ingeniería. Hice el primer año de Ingeniería mecánica y me planté para empezar Diseño de moda.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de estos estudios?

En el segundo año, cuando empezamos a estudiar las fibras, los materiales y los tejidos.

El origen.

Eso es, me gusta analizar el origen de los materiales, estudiar técnicas y recrearlas. Es importante recordarle al público esas labores que se están perdiendo y que la persona que quiera comprar mis prendas vea todo el trabajo que hay detrás. En cada proyecto hay algo de mí.

¿Lo último que ha hecho?

La colección Iru. Todo empezó leyendo un libro de Chillida que recoge anotaciones sobre reflexiones propias. Chillida habla del espacio interior y exterior de sus obras. Para definir los espacios interiores es necesario envolverlos. En la obra aspiro a definir una especie de diálogo entre ellos, reflejar el espíritu de la persona que desde el interior transporta la prenda y le da vida. He vuelto a mis orígenes, a mostrar el interior a través de materiales originales. Hiru es tres en euskera, los looks que comprenden la colección. El tres define el espacio como dimensión y también la abreviatura de Irune, el interior de esta obra, mi hermana.

Creación del 'Proyecto Iru'.

Sigue trabajando ciertos materiales, en este caso con lana.

Sí, siempre he tenido relación con el mundo de la ganadería.

Su abuelo es pastor.

Mi familia se ha dedicado a la ganadería, pero ha llegado su fin con la venta de las últimas ovejas de mi abuelo, luego se acaba su etapa como pastor. Puede ser esta la razón por la que valore tanto este material y experimente con la lana de esas últimas ovejas.

De alguna manera, con ovejas o sin ellas el legado continúa.

Empecé a darle vueltas a qué podía hacer yo, y como había hecho alguna pieza en un telar pequeño se me ocurrió hacer algo en mayor escala. El tejido final es una combinación de la fibra natural, lana hilada de distintos colores y residuo de virutas de madera de la empresa Harimasa. Mediante unos pespuntes fui uniendo todo. Solamente crear el tejido para las mangas y el cuello me llevó diez horas.

¿Por qué tiene tanta importancia ese origen?

Chillida decía: No olvidemos que la palabra original viene de origen. Cada uno tenemos unas raíces distintas que hay que poner en valor, y a mí volver a los orígenes es lo que más me inspira. Trato de coger mi origen y proyectarlo en el futuro.

¿Qué oveja sería usted?

Por supuesto una rasa navarra.

¿La moda cansa?

Hay mucho trabajo detrás y es sacrificada. Ahora mismo la sociedad tiene que cambiar de mentalidad, el consumo en la industria textil es muy grande y no nos paramos a pensar el por qué compramos. Deberíamos comprar prendas que por supuesto sean bonitas, pero también duraderas.

¿Prendas con historia?

Todas mis creaciones tratan de adaptar lo inmaterial a lo material. Transmitir mis valores y filosofía a través de ellas. Que en un futuro el comprador se identifique con la innovación y la producción local y apueste por prendas duraderas de calidad. Tenemos que estar dispuestos a darle la vuelta al sistema actual de consumo. Intento que lo que hago tenga bajo impacto medioambiental.

¿Sostenibilidad?

No me gusta utilizar esa palabra, es difícil conseguir que algo sea 100% sostenible, pero por lo menos que tenga el menor impacto posible.

Sigue trabajando en ello. ¿Y ahora?

Estoy haciendo prácticas en una sastrería que se llama Oteyza y a la vez estoy creando un proyecto sobre el origen de la lana y estas últimas ovejas de mi abuelo. Busco conocer el origen de esta materia prima, la lana, para poder transformarla.

¿Qué espera conseguir?

Me conformo con poder seguir aprendiendo, investigando materiales y creando tejidos.