La llegada de septiembre y el inicio del otoño son el momento en el que muchas editoriales lanzan nuevos libros y quienes somos amantes de pasar páginas y devorar historias sin parar aguardamos el catálogo que se va desplegando estos días para buscar esos volúmenes que nos llevarán durante unas horas a vivir en la piel de otros personajes. Aún tengo en la estantería esperándome el último de Lorenzo Silva en compañía de Noemí Trujillo –a la espera de un inminente nuevo episodio de los guardias civiles Vila y Chamorro, anunciado ya para las próximas semanas–, y también he añadido ya a la lista de la compra una nueva novela histórica de Ildefonso Falcones que se encuentra ya a la venta y la previsión de hacerme con el libro con el que Carmen Mola –que ni se llama así, ni es una sola persona, ni es mujer, ya saben– da continuidad a la truculenta historia de la inspectora Elena Blanco. Mirando ya a octubre, se anuncia nuevo libro de uno de mis preferidos, Arturo Pérez-Reverte, pero, decepción la mía, no se trata de la continuidad del Capitán Alatriste que desde hace tantos años mantiene ya aparcada. Por si me lee: vaya pensándoselo, por favor se lo pido. Elijan estas historias u otras que les gusten, pero, por favor, compren libros. Y léanlos.