Existen perros muy melindrosos a la hora de comer y otros que parecen auténticas aspiradoras. Pero unos y otros corren un mismo riesgo: encontrar algo que les siente mal, que ponga en riesgo su salud e incluso su vida. No debemos olvidar las desgraciadamente habituales noticias de que se han encontrado trozos de salchichas u otro alimento tentador con alfileres o, directamente, envenenado.

Por ello es importante que desde cachorros, desde que llegan a nuestro hogar les enseñemos a ignorar, a no comer lo que se encuentran por la calle, en los parques de esparcimiento canino o en cualquier otro sitio. También debemos estar muy atentos a sus olfateos, a qué encuentra que despierta su interés más de la cuenta.

Los perros exploran el mundo con el olfato y a veces encuentras cosas que se comen. Freepik

Para evitar este comportamiento, que a veces parece rozar lo patológico, de coger y tragar todo lo que encuentran lo más importante es averiguar la causa. Por un lado puede ser, simplemente hambre. La cantidad de comida que le ponemos no le resulta suficiente, o no está bien distribuida a lo largo del día según su necesidad, y trata de saciarse con lo que encuentre durante su paseo. Un poco más de pienso y una reorganización a la hora de llenar su cuenco puede ser suficiente para acabar con este problema.

Pero también puede ser un problema de ansiedad, de estrés. En este caso debemos prestar especial atención a las rutinas. Quizá ocurra que el aburrimiento, la falta de estímulos físicos y mentales que le satisfagan se manifieste así, con lo que se conoce como el síndrome de pica. Aprovechará cualquier ocasión que se le ofrezca para saciar su curiosidad y eso incluye comer aquello que le parezca interesante. Un adecuado plan de actividades, enriquecimiento ambiental que lo mantenga entretenido y jugar con él puede ayudar a corregir este comportamiento.

A la hora de enfrentar este problema el momento en que ocurre hay que evitar tres acciones que puede llegar a ser contraproducentes. La primera de ellas es perseguirlo cuando ha cogido algo que o debe. Esto lo puede convertir en un juego de persecución que fomente su actitud. Es mejor acercarse a él con tranquilidad y si aspavientos para cambiárselo por un chuchería, por un premio. Esto es importante porque si simplemente se le fuerza a abrir la boca y se le quita, lo único que se conseguirá es que se lo trague cuanto antes.

Para evitar que coman, algunos optan por ponerles un bozal, pero solo soluciona un momento puntual. Freepik

En el proceso de adiestramiento, suele ser un truco rociar con pimienta o alguna sustancia molesta para los perros los objetos que se busca evitar que cojan, pero no es una buena idea. El can detectara de lejos el olor y aprenderá a coger las que no estén rociadas. Llevarlo con bozal para evitar esta situación tampoco es una solución, ya que en cuanto se le quite volver a las andadas.

Cómo educarlo para que no coma cosas del suelo

Para enseñarle a ignorar la comida u otros objetos que encuentre por el suelo hay que trabajar con antelación y de manera preventiva. Es una tarea que requiere trabajo y paciencia. Hay que ir paso a paso y por etapas. El trabajo se divide en cinco etapas que se suceden, cada una de las cuales hay que completar satisfactoriamente antes de pasar a la siguiente.

Para ello se necesita una correa corta, otra larga, un cordón corto, abundantes premios y un conjunto de variados objetos de distintas clases que sirvan de trampa o cebo como trozos de jamón, queso, salchicha, pienso, pañuelos, calcetines, salchichón... Es importante llevar a cabo este proceso educativo en diferentes lugares para que no asocie esta actividad con un único entorno.

El trabajo de educación con el perro debe ser constante y paciente. Freepik

  • En la primera etapa se trabaja con la correa corta. Se esparcen todos los objetos por el suelo y se engancha la correa corta al collar o al arnés del perro. Se comienza a pasar a cierta distancia de los objetos. Cuando nuestro perros fije su atención en alguno de ellos se tira d ella correa hacia arriba y se dice “no”. A continuación se le llama por el nombre y si mira se le da un. A medida que avance el ejercicio, pasar cada vez más cerca de los objetos trampa. Repetir hasta que ya no les preste atención.
  • Para la segunda etapa, se sustituye la correa corta por la larga. El proceso es similar. Se deja que el perro se aleje y cuando fije su atención en uno de los objetos, se tira de la correa alejándolo diciendo “no”. Se le deja ir de nuevo y si no coge el cebo, se le llama por su nombre y se le premia con un chuche. Se repite hasta que ignore las trampas.
  • Para la tercera fase, se le engancha el cordón al collar y se le deja puesta la corre larga. Al inicio del ejercicio se suelta la correa junto a nuestros pies y se le deja ir. Cuando se vaya a por alguno de los cebos, se le dice “no” y se va hacia el perro para corregirlo con un tirón del cordón. Si intenta huir se pisa la correa para que no se aleje. Si no coge el objeto, se le llama por el nombre y se le premia. Se repite tantas veces como haga falta hasta que ignore los objetos. Es importante estar muy seguro de completar este paso antes de pasar a la siguiente etapa.
  • En la cuarta fase, dejar en su collar solo el cordón corto y repetir el proceso anterior. Tener en cuenta de que si rehuye al humano cuando va hacia el para corregirlo tirando del cordón habrá que volver al paso anterior. Cada vez que no coja un objeto hay que llamarlo y premiarlo.
  • En la quinta etapa, se dejan los objetos trampa sin que el perro lo vea a lo largo de paseo habitual. Si los ve y los ignora, llamarlo y premio, una chuche o una caricia.

Superado esto ya se tendrá la seguridad de que no coja nada extraño del suelo y se evitarán problemas de salur y muertes accidentales.