De Badajoz a Miami
– Ha ocurrido con horas de diferencia. En Don Benito-Villanueva (Badajoz) han sido detenidos los miembros de una pareja que habían pagado 2.000 euros a una mujer a cambio de que gestara y pariera un hijo para ellos. La madre de alquiler también ha pasado a disposición judicial después de haber ingresado con papeles falsos para dar a luz en el hospital de la localidad. En Miami (Florida), la incombustible artista multidisciplinar Ana Obregón se ha dejado fotografiar en carísima exclusiva por ¡Hola! a las puertas de un centro sanitario –privado, por supuesto– en silla de ruedas mientras sostenía en brazos la recién nacida que acababa de comprar por ese procedimiento eufemísticamente llamado gestación subrogada.
Doble inmoralidad
– Ya pueden apostar que el futuro penal de los protagonistas de las dos situaciones va a ser muy diferente. A los de la localidad extremeña les aguarda, como poco, una multa sustanciosa. La pareja compradora se quedará sin bebé y la madre vendedora tendrá que hacerse cargo de la criatura de la que iba a desprenderse. El drama está servido para todos los intervinientes en el mercadeo vergonzoso, especialmente para la criatura que acaba de llegar al mundo. En el caso de la celebridad de largo recorrido, las cosas serán distintas. Aunque una parte de las redes sociales se están cebando –creo que con razón– con ella, en cuanto pase el chaparrón, la vergonzantemente ambigua legislación española acabará haciendo la vista gorda y reconociéndola como madre a todos los efectos. Da igual que su caso sea éticamente reprochable por partida doble, porque a la compra a tocateja de una niña, se una el hecho de que sus 68 años no parezcan la mejor edad para acompañar el desarrollo vital de una recién nacida. En su auxilio vendrán, cheques en mano, como acabamos de ver, las cabeceras tradicionales del famoseo y las nuevas que viven de su lista de noticias más vistas.
No solo famosos
– En todo caso, seríamos muy fariseos si nos lleváramos las manos a la cabeza solo porque los que se agencian descendencia a chopecientos mil el kilo se llaman Ana Obregón, Miguel Bosé o Cristiano Ronaldo. Hay un segundo nivel de marchantes de prole que no han sufrido el menor inconveniente legal para hacer pasar por suyos vástagos adquiridos en los muchos criaderos de ganado humano que ofertan su producción por catálogo, incluso con derecho a reembolso. Pero como forman parte de una élite social y económica, se impone mirar hacia otro lado.