‘Procés’ cerrado - No soy de profecías, pero esta vez me tiré a la piscina. En una de mis intervenciones matinales en Onda Vasca aposté con mi compañero Txema Gutiérrez que los militantes de Junts optarían por abandonar el Govern. Es verdad que hubo un momento en que tuve mis dudas al asistir a la presión por quedarse de quienes tenían mucho que perder con la ruptura. Solo en cargos de los diferentes niveles gubernamentales, había un pastizal en juego. Luego había que añadir la repercusión de la espantada en las decenas de pactos que los socios a tortas siguen manteniendo en ayuntamientos y otras administraciones. Iremos viendo las consecuencias, pero el roto será morrocotudo. Y aún así, pudo más la bilis. Los afiliados cuyos sueldos -por lo menos, en primera instancia- no dependen del entramado institucional se dejaron llevar por las tripas por una mayoría notable a pesar de la gravedad de sus decisión. Nadie lo ha expresado con más claridad que el ex secretario general de Junts y líder de la Asamblea Nacional de Catalunya cuando todo esto echó a andar: “El ‘procés’, definitivamente, se ha cerrado”. 

Gana la línea dura - No es difícil imaginar la amargura de esa declaración que sale de los labios de alguien que estuvo casi cuatro años en prisión por defender lo que ahora da por finiquitado. Y aunque en la entrevista a Rac 1 donde lo dijo, no quiso hacer más sangre, también reconoció que el resultado de la consulta interna reforzaba la figura de Laura Borrás. Es decir, que ha sido el triunfo de la línea dura, la que no se atiene a razones, ya no solo por una cuestión de ideología o carácter, sino por su situación procesal personal. Borrás se tendrá que sentar en el banquillo, y no precisamente por alentar la consecución de la república catalana, sino por corrupción pura y dura. Los códigos éticos y las proclamas de transparencia, ya tal. 

¿Y ahora, qué?- De los siguientes capítulos, casi mejor no avanzar nada. En todo caso, parece muy voluntarista la decisión de Pere Aragonès de gobernar en solitario. Con el ya ex socio en la oposición y ganas de venganza, su minoría se antoja clamorosa. Es verdad que puede articular una mayoría parlamentaria (que no de gobierno) alternativa con el PSC y los Comunes. Sin embargo, si ERC tira por esa vía, sí que estará certificando sin vuelta atrás la muerte del ‘procés’, amén de arriesgarse a perder respaldo en las siguientes urnas. Y, como ya anoté aquí mismo, una convocatoria electoral nos devolvería, salvo milagro imprevisto, a tener que pactar con quien se ha demostrado que no puede compartir gabinete.