s una de mis escenas favoritas de Aterriza como puedas. La azafata asegura por megafonía que la situación está absolutamente controlada, e inmediatamente después, pregunta si hay alguien a bordo que sepa pilotar un avión. Pues tal cual hizo ayer el parlamentario de EH Bildu Iker Casanova en Euskal Telebista. Preguntado por la gresca cada vez menos disimulable entre diferentes facciones juveniles de la izquierda abertzale, Casanova negó la mayor. “Los jóvenes de la izquierda soberanista no están divididos”, aseveró con contundencia... un segundo antes de hacer un “llamamiento al diálogo y a las vías pacíficas para solucionar los desacuerdos que puedan existir”.

Recapitulando: no hay división, pero sí una disputa que se insta a solventar. Y lo de disputa es precio de amigo, porque según el mismo interlocutor, que un tipo le calentara el morro a otro el otro día en la Parte Vieja de Donostia es un acto muy grave que atiende a “una respuesta agresiva y atacante que han fomentado algunos”. Esos “algunos” son los miembros de la denominada Gazte Koordinadora Sozialista, a los que Casanova sitúa fuera de lo que él llama izquierda soberanista. Aquí es donde se cierra el bucle y se explica la afirmación inicial con una sentencia que no mejoraría Pero Grullo: no hay división ni es una trifulca interna porque los agresores están fuera.

Mientras, en la contraparte, en la de los expulsados del paraíso (que, a su vez, han echado al autor de la agresión) culpan a los oficialistas de Otegi, a los que bautizan como Movimiento Socialista. Empezaba citando Aterriza como puedas pero esto, obviamente, es más La vida de Bryan. l