- No soy nada amigo de teorías conspiranoicas, así que anoto de saque que la muerte del fiscal que llevaba la investigación sobre Juan Carlos de Borbón es una casualidad. Pero menuda casualidad más oportuna para el investigado. Es verdad que todo apuntaba a que la causa acabaría en el cajón, pero el campechano ve casi literalmente cómo ante su puerta pasa el cadáver de quien había retrasado un año su jubilación para ver si encontraba el modo de emplumarlo. Al final, el tenaz Juan Ignacio Campos se va al otro barrio sin saber si su trabajo servirá para llevar al banquillo al escurridizo asilado en Abu Dhabi. Supongo, con todo, que ya se temía que no iba a ser así. De hecho, la antevíspera de exhalar su último suspiro, Campos supo que el también aparentemente inasequible al desaliento fiscal suizo Yves Bertossa arrojaba la toalla y cerraba sus indagaciones sobre el pastizal que acabó en la cuenta de Corinna Larsen después de que Juan Carlos lo recibiera de su hermano Abdalá bin Abdelazi, rey de Arabia Saudí.

- La suma de ambas noticias, el cierre de la pesquisa helvética y la muerte del fiscal que llevaba su dossier, parecen despejar el camino judicial del padre de Felipe VI. Además de la pintoresca convocatoria de Bárbara Rey en el Senado, el único nubarrón que se cierne sobre su excoronada cabeza es el del Alto Tribunal del Reino Unido, ante el que su examiga del alma lo ha denunciado por acoso. Antes de dos meses habrá de pronunciarse sobre si su inviolabilidad en España es aplicable a Gran Bretaña. Mientras llega esa decisión, la cohorte de adoradores del supuesto mago de la Transición ha recrudecido su campaña para rescatarlo de los Emiratos y devolverlo a su casa. Claro que esa es otra, porque no está nada claro en cuál de entre todas las posesiones de la Corona española podría establecer su domicilio.

- Y en esas estamos, en la búsqueda de una morada para el retornado. Resulta entre patético y descarrachante el concurso de exclusivas al respecto entre los medios más enterados de la corte borbónico. Solo ayer leí que el Gobierno español había empezado el operativo a instancias de Zarzuela, que lo había parado también por designios de Felipe VI, que el regreso va a ser en febrero, que el interesado quiere que sea el día de sus cumpleaños (5 de enero), que él mismo ha dicho le da igual o que se le ha encontrado alojamiento en Portugal. No doy un céntimo por la veracidad de ninguno de esos presuntos scoops. Va a estar entretenido el discurso de nochebuena de su hijo.