Vamos a tomarlo por el lado bueno. Por lo menos, esta vez los amanuenses diestros no se han atrevido a justificar a la jauría bolsonarista. Pero lo que no han podido evitar ha sido el doble tirabuzón para presentar como hechos comparables los del domingo en Brasil y los de Catalunya en 2017.
"Aunque lo de Cataluña era mero desorden público, resulta que lo de Brasilia es una asonada"
El primero de la larga lista que tenemos por delante es José Antonio Vera, que se pone cucagamarrista en La Razón. Y, además del paralelismo al uso, por el mismo precio, lamenta que la sublevación le vaya a venir bien a Lula: “Si los bolsonaristas alocados que asaltaron el domingo las instituciones federales de Brasil hubieran caído en la cuenta de que lo único que hacen es beneficiar a Lula, seguro que se lo hubieran pensado varias veces. Dice la izquierda española que fue un intento de golpe de Estado. Aunque lo de Cataluña era mero desorden público, resulta que lo de Brasilia es una asonada”.
En la página siguiente del diario azulón, el kitcheniano Jorge Fernández Díaz dice lo mismo utilizando menos palabras y aprovechando el viaje para mentar las bichas reglamentarias: “El PSOE frente populista del sanchismo, con ERC, Bildu y Podemos, está radicalizando la política en España y creando este caldo de cultivo reactivo que vemos en Washington y Brasilia. Pero antes fue aquí, no se olvide”.
"Da igual que se trate de Brasil, Perú, El Salvador, Cataluña, Estados Unidos o cualquier sitio donde haya arraigado y crecido la semilla del populismo"
En ABC, Ignacio Camacho profundiza la idea, sin dejar de acordarse de este lugar del nordeste peninsular que ustedes saben: “Da igual que se trate de Brasil, Perú, El Salvador, Cataluña, Estados Unidos o cualquier sitio donde haya arraigado y crecido la semilla del populismo. Cuando se polariza la sociedad mediante el estímulo de instintos banderizos, se cuestiona el mecanismo electoral, se deslegitima el ordenamiento jurídico y se vacían de contenido las instituciones para ponerlas al servicio del Ejecutivo, el golpe está servido”.
"Las imágenes procedentes de Brasil son intercambiables con algunos de los episodios ocurridos en España durante ese fenómeno llamado procés""
Pablo Planas prescinde en Libertad Digital de otros ejemplos y describe Brasilia mismamente como Barcelona. O viceversa: “Las imágenes procedentes de Brasil son intercambiables con algunos de los episodios ocurridos en España durante ese fenómeno llamado "procés". Basta con sustituir las camisetas futboleras por las capas con la bandera separatista o las elásticas del Barça con las cuatro barras. Pero a diferencia de Brasil, aquí ya no es delito asaltar las instituciones democráticas, amenazar de muerte a los adversarios políticos o sacar a las masas a la calle para dar un golpe de Estado como el de septiembre y octubre de 2017 en Cataluña”.
"Un progresista puede condenar enérgicamente el golpe de los bolsonaristas en Brasil y a la vez condescender paternalmente con los tiernos cachorros de ERC y Junts que apedreaban policías y ocupaban aeropuertos"
Suma y sigue, Jorge Bustos se adorna con la analogía en El Mundo: “La gran ventaja del golpismo es que los golpistas son siempre los demás. Por eso un progresista puede condenar enérgicamente el golpe de los bolsonaristas en Brasil y a la vez condescender paternalmente con los tiernos cachorros de ERC y Junts que apedreaban policías y ocupaban aeropuertos. Desórdenes públicos, ya se sabe; que es como decir que el asalto de Brasilia en realidad inauguraba el carnaval de Río”.
Casi como continuara la pieza anterior, el contorsionsita dialéctico Antonio R. Naranjo anota lo que sigue en El Debate: “Y cuando ven un golpe de verdad, como el que en España encabezó la Generalidad de Cataluña en 2017, indultan a los delincuentes, derogan sus delitos y se preparan para legalizar sus objetivos. Porque hay golpistas buenos y golpistas malos. Y basta con cambiar el lenguaje, reformar el Código Penal y asociarse con los insurgentes para que se obre el milagro y la victoria, por lo civil o por lo militar, quede asegurada”.
"La democracia no solo peligra en Brasil, también en España"
No sorprende que el editorial del digital ultracatólico lleve por título “La democracia no solo peligra en Brasil, también en España”. Total, para decir lo que ya están hartos de leer a estas alturas de la selección de entrecomillados: “En el caso de España, todavía es más sonrojante que el caso más parecido al de Brasil, sucedido en 2017 y protagonizado por la Generalidad y el Parlamento catalanes, haya tenido como única respuesta la complicidad del Gobierno, resumida en el indulto a los delincuentes y la derogación de sus delitos”.
Para no eternizarnos, tocamos puerto con la torrencial Guadalupe Sánchez, que salta en The Objective a defender a capa y espada a Cuca Gamarra: “Debería preocuparnos que muchos políticos, periodistas e influencers de izquierda pretendan mantenernos ignorantes de las graves implicaciones de la despenalización de las conductas que tipificaba la sedición, o incluso la justifiquen o aplaudan. Mas no es de extrañar, ya que el Gobierno de Sánchez se sustenta en los que han cometido hechos similares en nuestro país, lo que explica que vean rebelión violenta en Brasil, pero una mera «ensoñación» en lo acontecido en Cataluña”.