Variaciones sobre un mismo tema, segunda entrega. Las fauces de la prensa de orden no sueltan el suculento hueso de la ‘ley trans’. De un mismo mordisco, rasgan por la parte de las tortas en el gobierno español y de coalición y en la propia materia de la norma.

"La llamada 'ley trans' es un bodrio jurídico"

Ignacio Camacho (ABC)

El primer dos por uno que les sirvo lleva la firma de Ignacio Camacho en ABC. Su peculiaridad es que lleva mensaje adosado para el líder del PP, al que viene a acusar de buen samaritano inoportuno: “La llamada 'ley trans' es un bodrio jurídico. El juicio de valor lo emiten en voz (cada vez menos) baja bastantes miembros del Gobierno. El PP parece dispuesto a colaborar para corregir la chapuza, ignorando el principio de no distraer al adversario cuando elige el camino equivocado. Si Feijóo piensa derogar la norma, como ha prometido, no necesita echar ahora una mano”.

Según el editorialista de La Razón, no va a ser necesaria la mano de Feijóo. Su teoría es que todo esto es algo que llama en el título “Tensión calculada sin riesgo de ruptura”. Vamos, que habrá bajada de pantalones socialistas: “Las probabilidades de que diputados socialistas se planten y se declaren en rebeldía contra la norma amadrinada por Irene Montero son cero. Sería, en todo caso, una sorpresa mayúscula que disidentes reconocidos, por ejemplo, Carmen Calvo, azote del proyecto, pasara de las palabras a los hechos”.

"Sánchez es perfectamente capaz de tumbar una iniciativa de su propio Consejo de Ministros"

Rafa Latorre (El Mundo)

Colando más adentro el colmillo, Rafa Latorre sostiene en El Mundo que no ha lugar a ninguna pelea porque la les es tan del PSOE como de Podemos. Otra cosa es que siendo Sánchez como es, sea él mismo quien se la zumbe: “Nada más engañoso que decir que esta es una ley de Irene Montero. Es un proyecto aprobado por el Consejo de Ministros, así que es un texto del presidente y de sus 22 ministros. El mismo Sánchez que aprobó la ley la ha frenado en la Mesa del Congreso. Esta es la naturaleza del sanchismo, la utilización de todos los recursos estatales, nacionales, morales e ideológicos con el único fin particular de mantenerse en el poder. Para Sánchez no sólo el género es fluido, todo lo es y por eso es perfectamente capaz de tumbar una iniciativa de su propio Consejo de Ministros”.

En Vozpópuli, Mariona Gumpert titula su pieza “Y el feminismo gubernamental se quebró”. En la letra menuda, la explicación junto a un amago de chiste trayendo a colación cuerta película muy citada cuando se habla de trifulcas de la izquierda: “De estos polvos, estos lodos, de estas consignas, la Ley Trans que ha terminado por escindir al feminismo intra gubernamental en dos. El PSOE ha andado purgando feministas “tránsfobas” (por comprar vocabulario ajeno) pero al final detuvo, con los votos del PP, la aprobación de la famosa ley. Podríamos volver a La vida de Brian y establecer de nuevo una analogía con la escena en la que uno de los revolucionarios de judea manifiesta su deseo de ser mujer porque quiere ser madre”.

Y el punto pelota lo pone Pedro J. Ramírez, que en el editorial de El Español sentencia: “La Ley Trans y su batalla contra la naturaleza humana”. He aquí la miga de la tesis pedrojotesca: “La Ley Trans exige la intervención de alguien que ponga sensatez allí donde sus autores sólo han puesto prejuicios y confusión interesada. Porque un Gobierno puede muchas cosas. Pero cambiar la naturaleza humana a voluntad excede con mucho sus competencias y conduce a escenarios tan lúgubres como destructivos”. Arrepentíos, herejes.