Para qué se va a esforzar este humilde cosechador de exabrutos en buscar titulares, si me los dan hechos. Este lleva la firma de Isabel San Sebastián. Se refiere la tonante opinatera de ABC al nuevo currículum de bachillerato (o como se llame ahora) recién anunciado por elgobiernosocialcomunista. A la doña no le gusta, parece ser: "De cuantas tropelías ha cometido este presidente, ésta es sin duda la más grave. Porque atenta contra el futuro de España, contra los jóvenes llamados a dirigirla en los días venideros, contra la esperanza y contra la igualdad. El propósito es barrer de la memoria todo aquello que nos une, en aras de facilitar el camino al separatismo, además de inculcar en las mentes vírgenes esa vergüenza de ser español que impregna a esta izquierda traidora y la lleva a renegar de su patria".
En Vozpúli, Jorge Vilches dicta sentencia condenatoria. Lo hace, eso sí, después de inventarse que el proyecto contempla cargase la asignatura de Historia de un plumazo: "A la izquierda política no le interesa la historia como disciplina para conocer el pasado, sino para ajustar cuentas con enemigos imaginarios y adoctrinar al personal. Este Gobierno no tiene el propósito de que las nuevas generaciones conozcan mejor la historia del mundo que les ha tocado vivir, sino usar los procesos históricos para demostrar su ideología".
Su compañero de cabecera digital Miquel Giménez ve la apuesta y, faltaría más, la sube. Así resume el tipo el nuevo currículo: "Tristes tiempos éstos, en los que la idiocia y la estulticia campan a sus anchas en las dependencias oficiales mientras se pretende trasladarlas a las aulas. Más youtubers, más reguetón, más maquinitas y menos leer, estudiar, aprender y pensar. Que aprueben todos, independientemente de su esfuerzo. Y que les den una paguita. Soros no es tonto".
El editorialista de El Debate vuelve con lo de la Historia. Es decir, con determinados episodios de la historia: "Una vocación presente también en la inaceptable censura impuesta a la Historia, adaptada a una sonrojante manipulación que le hurte a los niños el conocimiento del Descubrimiento o la Reconquista, episodios cruciales para España y la propia humanidad; y su sustitución por una ficción histórica ensalzadora de los mitos de la izquierda, como la República".
Y en mismo medio catolicón, Luis Ventoso se asigna el papel de gracioso y pone en labios de Sánchez un supuesto discurso al alumnado que termina así: "En Filosofía aprenderéis a convertiros en ciudadanos ecosocialmente responsables. Podréis pasar de curso con un carro de suspensos y ya no tendréis que memorizar ni cómo se llamaba Napoleón, al fin y al cabo, podéis buscarlo en Google, de paso que le echáis una ojeada al Tinder y al TikTok. Y ahora, por último, queridos niños y niñas, futuros ciudadanos progresistas, repetid conmigo: ¡Viva la burramia igualitaria! Muchas gracias a todas y todos".
No sobre esa reforma sino sobre el pacto educativo vasco escribe hoy un sabanón en El Mundo el incalificable Carlos Urquijo. Les regalo el último párrafo, que lo retrata perfectamente: "A finales de los 70, en pleno festival identitario, tuvo mucho éxito una pegadiza canción de José Antonio Larrañaga, Urko, titulada Guk euskaraz, zuk zergatik ez.
Cuidadín, cuidadín, Feijóo
Van apareciendo los amanuenses diestros que tuercen el morro ante el recién entronizado caudillo del PP. Cristian Campos, lugarteniente de Pedro Jota en El Español, es uno de ellos. El gallego es demasiado identitario para su gusto: "Nada, que no me libro. Harto de los catalanes (subespecie de los españoles a la que pertenezco) me mudé a Cádiz en 2019 y a Madrid en 2020. Dos años me ha durado la dispensa de identitarismo. Porque ahora ha llegado a la presidencia del PP un Alberto Núnez Feijóo que ha diseñado para su partido un generalato de gallegos y andaluces. Las cuotas siempre han existido, pero lo de Feijóo es diferente porque responde a un nuevo modelo de partido abiertamente federal pero, sobre todo, federalizante. Igual hasta se acaba entendiendo mejor con el PSC que con Isabel Díaz Ayuso".
En Libertad Digital, Cayetano González le marca el camino al nuevo líder. Con los malos no se pacta nada: "Está muy bien el perfil institucional, de hombre de Estado, que ha querido transmitir Feijóo tras ser elegido este fin de semana presidente del PP. Pero de ahí no debería pasar. Sánchez tiene su proyecto político y social que puso en marcha cuando hizo la coalición de gobierno con los comunistas de Podemos y buscó el apoyo parlamentario de los golpistas e independentistas catalanes, de los herederos políticos de ETA y de los siempre atentos a las "tajadas" que puedan sacar, del PNV. Y de ese proyecto, que persigue la voladura del régimen constitucional del 78 y un cambio profundo de la sociedad -memoria histórica, leyes de género, ataques al derecho a la vida, a la familia, a la libertad de educación, etc.-, no se va a bajar".
Hoy los honores de cierre son para Jorge Fernández Díaz, que igual que ha hecho Putin, festeja la cuarta victoria del carcamal húngaro. "Orbán arrasa otra vez en Hungría", se pone pilongo ya desde el encabezado. Y luego, viene el desparrame de caspa: "Oponerse al dogma laicista de lo políticamente correcto que es la ideología de género, supone enfrentarse al «príncipe de este mundo», y bien lo experimenta en sus propias carnes Orbán, al que desearían desterrar del poder si no fuera porque sus compatriotas lo impiden en las urnas una vez y otra en cada elección a la que son convocados".