Viajar a Colombia es descubrir un país único de Suramérica. Bañado por el océano Pacífico y por el Mar Caribe, destaca por sus bellas playas, sus bosques tropicales y sus cafetales, en los que se produce el que para muchos es el mejor café del mundo. Sin embargo, este país es mucho más que eso. Ubicado en el extremo norte de Suramérica, su interior esconde importantes tesoros que merece la pena conocer. Uno de esos lugares es el histórico barrio de La Candelaria, el auténtico corazón de Bogotá, la capital de Colombia.

La salsa es el género que mejor describe la identidad musical de los habitantes de La Candelaria.

Este barrio, que en realidad es una localidad del Distrito Capital de Bogotá, te atrapará ya solo con callejear por sus estrechas, empedradas y empinadas calles, impregnadas de un color y de un sabor muy particular, con la arquitectura colonial como uno de sus principales atractivos. La Candelaria fue fundada el 6 de agosto de 1583 por Gonzálo Jiménez de Quesada y abarca el centro histórico de la ciudad. Declarado Monumento Nacional en 1963, es el orgullo y el principal atractivo turístico de Bogotá, ya que conserva la esencia de aquella época colonial durante el dominio político de los españoles en Colombia entre 1550 y 1810.

Edificios de Bogotá.

Edificios de Bogotá. Alexis Villavicencio (Pixabay)

Compuesta por seis barrios y ubicada a las faldas de los cerros de Montserrat y de Guadalupe, La Candelaria tiene alrededor de 22.000 habitantes y es una localidad totalmente urbana. Sus calles tienen una pendiente considerable, de forma que si vas a visitarla recuerda llevar ropa y calzado cómodos. Además, su impredecible climatología puede hacer que en un mismo día necesites una camiseta ligera para soportar un sol de justicia, un paraguas para cubrirte de un fuerte chaparrón y ropa de abrigo para soportar un frío riguroso. ¡No olvides que esta ciudad está situada ni más ni menos que a 2.640 metros sobre el nivel del mar!

Una ciudad viva de día y de noche

Este barrio debe su nombre a la emblemática iglesia de La Candelaria y, según el día, e incluso según la hora del día, tiene el poder de pasar de ser centro neurálgico de la toma de decisiones más importantes de la ciudad y del país, a convertirse en lugar de disfrute por su increíble oferta cultural, histórica, educativa, comercial y gastronómica, lo que la convierten en una localidad única.

En torno a la antigua plazoleta del Chorro de Quevedo, considerada escenario de la fundación de la ciudad, surge un laberinto de pequeñas calles con casas de colores vivos y muros con graffitis, una de las zonas con más ambiente de la ciudad, con bares de copas y restaurantes que abren al atardecer e inundan de música y fiesta las frescas y bohemias noches de Bogotá.

La Candelaria se fundó el 6 de agosto de 1583 y abarca el centro histórico de la ciudad de Bogotá.

La Plaza de Bolívar es un monumento en sí misma, ya que concentra los edificios que albergan los órganos de poder de la ciudad y del país. En ella se encuentran el Capitolio Nacional (sede del Congreso de la República de Colombia), el Palacio de Justicia (sede de la Corte Suprema de Justicia), el Palacio Liévano (sede de la Alcaldía Mayor de Bogotá) y la Catedral Basílica Metropolitana de Bogotá y Primada de Colombia, todas ellas construcciones de un importante valor arquitectónico. Es obligada también la visita al cerro de Montserrat, montaña situada a 3.152 metros sobre el nivel del mar que contempla desde lo alto el día a día de La Candelaria. En ella se encuentra una iglesia en honor a la virgen de Montserrat y es un lugar tradicional de peregrinaje y un importante atractivo turístico.

Palacio Liévano (sede de la alcaldía) en la Plaza de Bolívar. Freepik

Un barrio alegre y colorido

Desde que el muralismo ha tomado las calles de Bogotá, la imagen de ciudad gris otorgada por el característico color del hormigón de sus viviendas se ha transformado en otra realidad muy distinta, más alegre y colorida. La Candelaria ha tatuado sobre el hormigón la mayor colección de arte urbano de Colombia y el mural más famoso de la ciudad está en la calle del Embudo, una vía que engulle al visitante en un colorido entorno empedrado que se estrecha conforme avanza su recorrido. Se trata de un retrato que representa a una mujer de la tribu Kuna. La expresión de su mirada y los detalles de su mula, la pieza textil que cubre su cabeza, son los elementos más importantes de esta obra del artista Carlos Trilleras. Lo cierto es que el muralismo va más allá de La Candelaria, de forma que hoy en día Bogotá es considerada la capital de arte urbano de todo Sudamérica.

Del Museo Botero al Museo de La Chicha

Durante el recorrido por las emblemáticas calles de La Candelaria uno se va encontrando con infinidad de museos y entre ellos destacan:

  • Museo Botero. Exhibe una de las más importantes colecciones de arte internacional que se puede contemplar en Latinoamérica. Gracias a la donación realizada por el artista colombiano Fernando Botero en el año 2000, la muestra consta de 208 obras, 123 de su autoría y 85 de destacados artistas internacionales como Picasso, Leger, Renoir, Monet, Dalí, Giacometti, Beckmann, Freud, Calder o Bacon.
  • Museo Casa de la Moneda. Fue la antigua casa de la moneda nacional de Colombia y actualmente es un museo de monedas con una colección de alrededor de 19.000 objetos. En ella podrás contemplar además la maquinaria que se utilizaba para fabricar monedas, así como monedas modernas e históricas, algunas del siglo XVII.
  • El Museo del Oro. Preserva y exhibe la más grande colección de orfebrería prehispánica del mundo y es un símbolo de la identidad de los colombianos.
  • El Museo de la Chicha. Es otro de los puntos de interés de La Candelaria. Visto desde el exterior, parece una tienda más, sin embargo, en su interior se exponen los procedimientos e instrumentos que utilizaban los indígenas para elaborar sus bebidas ancestrales como la chicha, el zhuke, el guarapo y el chirrinchi. La chicha es la especialidad en las tabernas de la emblemática calle del Embudo y es una bebida alcohólica procedente de los Andes que se elabora a base de maíz fermentado.


Coloridas mantas en el mercado de Tarabuco en Bolivia.

Coloridas mantas en el mercado de Tarabuco en Bolivia. Freepik

Artesanía con mucha historia

La artesanía supone una importante fuente de ingresos para algunas comunidades de Bogotá. Entre sus productos típicos destacan:

  • Chinchorros. Hamacas bordadas que son la artesanía insignia del pueblo Wayuu de la Guajira. Cada una requiere hasta seis meses de trabajo y ofrece un descanso incomparable.
  • Joyería con esmeraldas. Las encontrarás en joyas de oro y de plata y en otros ornamentos decorativos.
  • Réplicas de chivas. Una chiva es un colorido camión colombiano típico de las zonas rurales que servía para conectar las aldeas con las ciudades principales y para transportar mercancías o personas. Cubiertos de coloridos dibujos, son un tesoro colombiano y se venden réplicas tanto en barro como en madera.
  • Ruanas. La ruana o poncho es una prenda típica del altiplano y está fabricada con lana de oveja virgen.
  • Mochilas Wayuu de la Guajira. Son bolsos de vivos colores tejidos a mano y cuya elaboración puede costar unos 20 días. Todas ellas son únicas en cuanto a su forma, color y dibujos. Los hombres tejen las bandoleras.
  • Mochilas arhuacas. Puedes encontrarlas de distintas formas en tejido de lana natural, algodón, fique o lana industrial. Los hombres las llevan sobre los hombros con tres fines: portar objetos personales, transportar hojas de coca o almacenar alimentos para el viaje.
  • Cestería de Guacamaya. Con colores vivos, los artesanos tejen canastas, portavasos, vasijas, platones y ornamentos para las paredes.
  • Sombreros vueltiaos. Sombreros blancos y negros que se hacen a partir de las hojas de la caña flecha, una planta local.


Mural en la fachada de una casa de La Candelaria. Javier Rodríguez (Pixabay)

‘Salir de rumba’

Bogotá es una ciudad de ocho millones de habitantes en la que la música está presente en su día a día. Música popular, urbana, salsa, pop latino y vallenato son los géneros musicales más escuchados, siendo la salsa el que mejor describe la identidad musical de esta zona del país. Salir de rumba, como se le llama a salir de fiesta en Colombia, es algo que está siempre presente en los colombianos. Son unos disfrutones de la vida y reflejo de ello es la cantidad de zonas de diversión que ofrece Bogotá. Algunas de ellas son:

  1. Barrio de la Candelaria y centro de Bogotá. Con un inconfundible aire colonial, a sus adoquinadas calles se asoman casas bajas coloniales convertidas en bares, cafeterías, restaurantes y centros de música y arte. Entre semana podrás escuchar rock y reggae, sin embargo, el fin de semana está consagrado a la salsa, la auténtica pasión nacional. Quiebra Canto, Goce Pagano, Ático o Gato gris son algunos locales destacados.
  2. Zona Rosa. Es un exclusivo sector ubicado al norte de Bogotá en el que se concentran hoteles, restaurantes de alta cocina, tanto local como internacional, centros comerciales, tiendas de artesanía y de importantes diseñadores. Es la principal zona de rumba de Bogotá y entre las calles 79 y 85 encontrarás una invasión de bares, pubs, restaurantes y discotecas y mucha diversión. El local del famoso DJ Armando Records, la espectacular terraza de Anonymous o Alma, una discoteca de tres pisos, son propuestas de esta zona para mover el esqueleto al ritmo del rock, del hip-hop o de la música electrónica.
  3. Usaquén. Es una zona más tranquila, de nivel económico medio alto con bonitas casas coloniales y cuyos bares y restaurantes se encuentran entre los más caros de la ciudad. Barba Rosa y Kantabar son dos buenas opciones.
  4. Zona T. Está formada por dos calles peatonales en forma de T en las que puedes encontrar locales con una amplia oferta musical: Aura Bar, para música electrónica, Salomé Pagana y Salsa Camara para los más salseros y el Rincón de Rafael Ricardo para los amantes del vallenato, el otro baile famoso de Colombia junto a la cumbia caribeña.
  5. Parque de la 93. Es la mejor zona de terrazas de Bogotá, ideal para tomar algo al aire libre en distintos ambientes y para escuchar todo tipo de música. Ramón Antigua, Punto G o El sitio son algunos de los locales más destacados.