El tiempo vuela y se cumplen 25 años de aquel mítico programa llamado Caiga Quien Caiga (CQC) que presentaba en Telecinco El Gran Wyoming. Un informativo humorístico, descarado y fresco que contaba con un equipo de reporteros que se hicieron populares por sus preguntas directas e incómodas a políticos y famosos ataviados con traje y gafas de sol. Entre ellos, aunque llegó dos años después del estreno, estaba un hasta entonces desconocido Arturo Valls, que dio el salto a un programa de éxito desde su Valencia natal, en la que nació en 1975 y en la que comenzó a estudiar Periodismo, carrera que abandonó en el tercer curso cuando comenzó en Valencia Te Ve, una cadena local de su tierra, en la que fue reportero junto a Carmen Alcayde.
A partir de ahí comenzó a labrarse un futuro encadenando programas de todo tipo en televisión y también series, hasta alcanzar en este 2023 el sueño que tenía cuando arrancó en la pequeña pantalla: presentar un late night al estilo de los shows americanos. Con That’s my jam (Movistar +), la adaptación española del programa que presenta Jimmy Fallon en la NBC lo ha conseguido. Un espacio que reúne a dos equipos compuestos por dos famosos cada uno que compiten en diferentes y divertidas pruebas relacionadas con la música y cuentan con una banda en directo que los acompaña.
Pero entre la televisión local valenciana y That’s my jam Valls ha hecho prácticamente de todo en televisión. Una noticia que realizó en esa pequeña cadena sobre una piscifactoría de berberechos salvajes debió de gustar a los responsables de Caiga Quien Caiga, que lo reclamaron en Madrid en 1998 (al parecer por recomendación del reportero Tonino), dos años después de que arrancara el programa. Con su atrevimiento, descaro y desparpajo, perfectos para el papel, la cosa prometía, pero su labor no convenció a la directora, que lo definió, como él mismo ha recordado alguna vez, como “un reportero de Segunda en un programa de Primera División”. Pero Wyoming, entre otros, se empeñó en que el chaval valía, apostó por él y evitó su despido. Así, Valls se afianzó en un equipo en el que destacaban Pablo Carbonell, Sergio Pazos, Tonino y Mario Caballero, además de los copresentadores Javier Martín y Juanjo de la Iglesia.
El programa se despidió de la audiencia en 2002 pero regresó en 2005 y el único de todos que repitió fue Arturo Valls, junto a caras nuevas como Manel Fuentes, Juanra Bonet, Toni Garrido, Gonzo, Christian Gálvez, Eduardo Aldán o Deborah Ombres.
Entre ambas versiones de CQC, el valenciano había pasado por las autonómicas presentando X cuánto? y por Antena 3, donde condujo UHF junto a Florentino Fernández y Nuria Roca. Su vuelta a Telecinco le otorgó más proyectos, como sustituir unos meses a Jesús Vázquez en Allá tú, donde comenzó a exhibir su valía para presentar concursos con su particular toque de humor.
El pelotazo de ‘Camera Café’ y su salto a Antena 3
Valls mostraba ya sus dotes de showman y eso le sirvió también para probar suerte con la interpretación. Tras algunos personajes episódicos en algunas series y películas como Torrente 2, fue Camera Café, en Telecinco, la serie que lo encumbró como actor y como cómico. Nada menos que 530 capítulos se rodaron y su papel de Jesús Quesada aún es recordado. Aunque después ha participado en bastantes más producciones televisivas, como Pelotas, La isla de los nominados, BuenAgente o Museo Coconut’ no se acercó al éxito que tuvo en Camera Café, que se convirtió en película en 2022, en la que retomó el mismo papel.
Tras el final de esa longeva serie y tras presentar ¡Vaya tropa! en Cuatro, Valls firmó por Antena 3, donde se convirtió en uno de sus presentadores estrella durante más de una década. Su primer proyecto llegó con Ahora caigo, en 2011, y duró nada menos que 10 años, en una nueva muestra de su estilo humorístico (y sus chistes malos) aplicado a los concursos. Pero durante esa década ha tenido tiempo para presentar también Splash! Famosos al agua, Me resbala, Los viernes al show (junto a Manel Fuentes), Ninja Warrior y Mask Singer, entre otros, además de concursar en Tu cara me suena con imitaciones tan recordadas como la de Shakira en ‘Loba’ dentro de una jaula.
Mientras tanto, también se ha convertido en actor de doblaje en películas como Madagascar e incluso como productor de cortometrajes, como el que le valió un Goya a Mejor cortometraje de ficción en 2002 por Tótem loba, de Verónica Echegui. Cuenta también con premios tan destacados como un Ondas a Mejor presentador de televisión (2014) y una Antena de Oro (2013).
Quizá su espina clavada haya sido la oportunidad que tuvo pero que no salió bien con Pedro Almodóvar. El oscarizado cineasta manchego lo llamó y llegó a rodar con él varias escenas de Los males pasajeros (2013), pero finalmente prescindió de él y esas escenas quedaron descartadas.
La polémica de su ático con Rocío Monasterio
Arturo Valls lleva ya más de 20 años afincado en Madrid y en 2005 contrató al estudio de arquitectura de Rocío Monasterio para que realizara una reforma que convirtiera un local comercial del centro de la capital de España en una vivienda tipo loft. La empresa de la líder de Vox en Madrid completó la obra sin la licencia pertinente y Valls tuvo que invertir una buena cantidad de dinero después en legalizar los cambios efectuados, al declarar el Ayuntamiento de Madrid ilegal la obra. El presentador demandó al estudio de Monasterio y finalmente en este 2023 la Audiencia Provincial de Madrid condenó a la política de ultraderecha por realizar una obra ilegal siendo además consciente de su ilegalidad.
La curiosa historia de cómo conoció a su mujer
Si la trayectoria profesional de Arturo Valls es frenética, con decenas y decenas de proyectos de todo tipo en televisión y ficción, la estabilidad le llega desde el ámbito familiar. Su relación con Patricia María Santiveri dura ya 16 años, de la que los últimos 14 años son como matrimonio. Esos mismos 14 años son los que tiene Martín. Su único hijo, ya que en numerosas ocasiones el presentador ha tenido que desmentir una información de Wikipedia que aseguraba que también tenía una hija, llamada teóricamente Mónica.
16 años de una relación que comenzó de una manera bastante surrealista, como él mismo explicó un día en Ahora caigo. Valls acudió a una perfumería y cuando se marchaba, absorto en el olor de la colonia que había probado, tropezó con una dependienta, que se enfadó mucho con su torpeza. Para intentar suavizar la situación, el presentador se ofreció a acompañarla al coche, en el que le esperaba su hermana Patricia, a la que saludó con tono de broma y que hoy en día es su mujer.
Valls es muy familiar y muy valenciano, y le gusta pasar todo el tiempo que puede en su tierra natal, como se comprueba en su cuenta de Instagram. Como no podía ser de otra forma, es fan de la paella: de comerla y de prepararla.
También le apasiona el deporte, sobre todo el tenis (se le ha visto en varias ocasiones junto al murciano Carlos Alcaraz, la nueva estrella de la raqueta), que ha jugado a nivel aficionado. Últimamente también se ha dejado ver con la bicicleta de montaña y en invierno también intenta escaparse a las pistas de esquí para practicar snowboard.
Valls además aprovecha su altavoz mediático para mojarse en causas en las que cree. Por ejemplo, en su cuenta de Instagram ha subido varias publicaciones con la bandera arcoíris, mostrando su apoyo a la lucha del colectivo LGTBI.