Juanjo Mena, aquel niño de Zaramaga
“Este es un galardón que concede la gente de mi pueblo. Son los premios que más me gustan”, dice el director de orquesta Juanjo Mena, que este año recibe, de manos de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, un nuevo reconocimiento a su trayectoria
Cuando se hizo con el Premio Nacional de Música, el director de orquesta Juanjo Mena se encontraba muy lejos de su Álava natal. Había abandonado por unos días Manchester dejando atrás la sede de la BBC Philharmonic para viajar hasta Estocolmo y ponerse al frente de la Swedish Radio Symphony Orchestra para ofrecer dos conciertos en el auditorio Berwaldhallen de la capital de Suecia.
Aunque era muy tarde y él estaba bastante cansado, no dudó ni un segundo a la hora de ponerse al otro lado del teléfono y hablar en exclusiva con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sobre aquel momento tan especial: “No es sólo un premio para mí, es un galardón a mucha gente, es de todos los que me han acompañado en el camino. Es un premio de nuestra ciudad, de nuestro conservatorio, de Antxon Lete, de la Escolanía Samaniego, del Coro Araba, del grupo Amets, de los txistularis de Zaramaga, de Feliciano... de tanta gente. No quiero que se me olvide nadie, aunque sé que es imposible nombrar a todos: los compañeros de la Banda Municipal que estudiaron conmigo, Carmelo Bernaola, el alcalde Cuerda,...”.
Al fin y al cabo “ser director de orquesta es intercambiar energía con el grupo, con quienes tienes delante. Y tengo claro que sin esas personas, yo no soy nada”.
Son innumerables los reconocimientos que en distintas partes del mundo ha obtenido el maestro gasteiztarra. Sería imposible resumirlos en estas pocas líneas. Todo ello aunque él siempre ha defendido, como lo hizo hace unos años también en este periódico, que “sigo siendo aquel chaval de Zaramaga que cantaba en los coros y tocaba el txistu”.
Ese vínculo constante con la raíz, con el saber de dónde se viene, dónde están los fundamentos de la persona y el profesional, han sido siempre una constante en él. Por eso, por ejemplo, lo económicamente obtenido con el Nacional de Música y otros galardones siempre ha ido a financiar estudios de jóvenes intérpretes. “Si no sembramos como se hizo conmigo, no llegaremos a nada”, apuntó en estas páginas cuando fue nombrado Hijo Predilecto de Vitoria.
Son numerosos los premios y reconocimientos que en distintas partes del mundo ha obtenido el maestro
Eso sí, Mena nunca ha sido de los de quedarse solo en las palabras, sino de hablar con los hechos. De ahí esos destinos a los dineros obtenidos con determinados galardones, pero también el hecho de no dudar, ni un segundo, a la hora de ponerse tras una pancarta para manifestarse enpro de la cultura, como lo hizo en su día para defender al alumnado del Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela siendo entonces ya uno de los directores de orquesta más reputados de la escena internacional.
A principios de este 2025, el maestro volvió a dar una nueva lección. Anunció que padecía alzhéimer, aunque su intención era mantener, dentro de las circunstancias, su actividad profesional. Así está siendo. La música siempre ha estado ahí y lo sigue haciendo.
Por todo lo realizado desde que era aquel niño que cantaba por Zaramaga hasta hoy y por todo lo que, seguro, está por hacer, el Araba + Talento solo podía ser para él.
“Para mí es un enorme honor recibir este premio porque es un galardón que concede la gente de mi pueblo”
“Para mí es un enorme honor recibir este premio. En primer lugar, porque es un galardón que concede la gente de mi pueblo. Son los premios que más me gustan. En segundo lugar, porque sin aquellos alaveses decisivos y aquella atmósfera tan contagiosa que definía unacomunidad de afectos, no sería posible explicar mi trayectoria posterior. Mi fuente de inspiración estuvo aquí y desde aquí se proyectó a todo el mundo”, apunta el maestro Juanjo Mena sobre el galardón que le concede DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
“Mi fuente de inspiración estuvo aquí y desde aquí se proyectó a todo el mundo”
“Estos premios recuerdan algo esencial que hoy estamos olvidando. Trabajamos, peleamos, hacemos música no para lucir nuestra aportación personal sino para sumar nuestro desempeño a muchos otros que conforman el espíritu de un pueblo moralmente decente y solidario”, apunta el director de orquesta, que quiere subrayar un emocionado “gracias” por este humilde pero sentido reconocimiento, por este abrazo periodístico y humano a quien tantas veces ha hecho emocionar, sentir, pensar y disfrutar, una senda que Mena sigue recorriendo con paso firme a pesar de todo.
A finales de este 2025, el próximo día 28, su batuta volverá a estar en el Auditorio Nacional de Música (Madrid). Resonará la Sinfonía nº 9 en re menor, op. 125, conocida como Coral, de Ludwig van Beethoven. El trabajo no descansa.
Tras anunciar que padece alzhéimer, el director mantiene su actividad profesional
“Mis padres no tenían tradición musical. Si a mi padre en vez de enviarme al colegio que había a tres o cuatro calles de mi casa, se le hubiese ocurrido inscribirme en el que estaba enfrente del portal, probablemente hoy no sería músico. Quizás pensaron que en el colegio Samaniego había más actividades extraescolares. Un día, de manera altruista, apareció un profesor, Antxon Lete, con una flauta, comprobando qué sabíamos de música y si podíamos entrar en un coro. No sé cómo pero yo identifiqué rápidamente una serie de notas. Aquel día cambió mi vida. Fui un afortunado”, apuntaba el maestro hace ya unos años a este periódico.
Fue el inicio de una carrera marcada por el estudio y el trabajo, por un Carmelo Bernaola que “me enseñó a amar la vida y a entender que la música no es solo lo que se estudia, que está vitalmente en la calle”. Se podrían incluir aquí mil y un lecciones explicadas por el maestro de lo que, de verdad, hay detrás de una palabra como talento. Pero solo hace falta asistir a uno de sus conciertos.
