La limpieza puede llegar a dominarse y etiquetarse como disciplina en ciertas culturas. Siendo sinceros, jamás será una tarea totalmente deseada, pero podemos hacerla más llevadera y divertida si ponemos nuestra música favorita o escuchamos ese audiolibro que tenemos pendiente. Ahora, con la cantidad de fórmulas y trucos que tenemos, es fácil llevar las tareas domésticas al día.

La actividad completa y a fondo de limpiar la casa seguramente nos lleve más de una jornada, así que lo ideal es buscar refuerzos, ponerte ropa cómoda y empezar pronto con toda la energía mañanera. Estas dos tácticas que te enseñamos harán que nunca más tengas problemas ni pereza en establecer un orden y un hábito de pulcritud en casa.

‘Power hour’: una hora de eficiencia

Este método, que traducido del inglés sería ‘hora de energía’, intenta crear una productividad que a mucha gente le cuesta encontrar. Dado que las labores domésticas no son del gusto de casi nadie, este sistema promete tener las tareas de limpieza general hechas en una sola hora

La fórmula, acuñada por Gretchen Rubin en su libro ‘Objetivo: Felicidad’, divide las estancias de la casa para que el trabajo sea más efectivo. El plan es el siguiente: dependiendo de las labores necesarias en cada habitación de tu hogar, les asignarás a cada estancia unos minutos determinados en los cuales los quehaceres más urgentes tendrán que realizarse. Te ponemos un ejemplo.

Hombre con un buen equipo de limpieza.

  • Lavadora, 4 minutos. Lo que limpia también tiene que ser adecentado. Al empezar la Power Hour, debemos pasar un trapo rápidamente por la lavadora para eliminar los restos de suciedad que se incrusten en el electrodoméstico. Tras esto, comenzamos el programa de lavado como hacemos de normal para que en los próximos 60 minutos de trabajo doméstico la lavadora haga su función.
  • Cocina, 10 minutos. Primero de todo, meteremos un vaso de agua (con vinagre si tenemos) al microondas durante un par de minutos. El vapor hará que los restos de suciedad de las paredes del microondas sean más fáciles de quitar. Después, en una cesta meteremos todos los objetos que no sean de esta estancia o que queramos retirar de ahí. Por último, limpiaremos con un estropajo la vitrocerámica, el horno y recogeremos la vajilla del fregadero o del lavavajillas.
  • Dormitorios, 8 minutos. Si la vagancia nos ha ganado y aún tenemos la cama sin hacer, eso será lo primero a completar. Lo siguiente será pasar el polvo por las estanterías y recoger todo aquello que no esté en su sitio. Si tenemos espejos, los fregaremos con un trapo húmedo y limpiacristales. Aprovecharemos el mismo paño para dar una pasada a los cristales de las ventanas y dejarlos relucientes.
  • Salón y comedor, 8 minutos. Como debemos hacer en todas las habitaciones, retiramos todo lo que no es propio del lugar. Pasar el polvo, la mopa y limpiar los cristales será lo que nos ocupe estos valiosos ocho minutos.
  • Baño, 12 minutos. Seguramente el baño es lo más odiado a la hora de higienizar. Para esta última parte de la casa, limpiaremos primero el váter pasándole la escobilla y un trapo por la taza. Después echaremos una capa de lejía y dejaremos la tapa levantada. Un buen limpiabaños nos ayudará a dejar como los chorros del oro todas las superficies del baño y, nos ayudaremos de cepillos para rascar mejor la suciedad de grifos y boquillas. Dejaremos actuar un poco de lejía sobre la ducha y remataremos después con agua caliente. Finalmente, renovaremos las toallas y alfombrillas. Con esto ya habrás acabado la poderosa hora de limpieza.

Oosouji: limpieza japonesa

Los métodos de limpieza son casi una cosa sagrada en Japón. La higiene tanto personal como doméstica es un básico para tener la mente y el cuerpo relajados. Las casas japonesas siempre han sido un referente de minimalismo, rectitud y detallismo.

Este método de limpieza nipona se hace todos los años en las casas de Japón. Generalmente esto ocurre en fechas cercanas al final del año, para que su hogar pueda entrar de la manera más organizada posible al nuevo año. Aparte de los beneficios para la salud que pueda tener esta técnica de relajación, consigue fácilmente limpiar la casa para entrar en una nueva etapa (sea la época del año que sea).

Persona limpiando la madera.

Cómo hacer el Oosouji paso a paso

Para lograr el objetivo de retirar cosas innecesarias del hogar y limpiar las superficies, debemos seguir estos pasos.

  • De arriba abajo. Para no dejarnos ningún lugar sin limpiar, tendremos en mente empezar siempre por arriba e ir bajando. Esto también incluye los techos y paredes hasta terminar por el suelo.
  • Sentido de las agujas del reloj. Empezaremos y terminaremos de limpiar en el mismo punto para que la suciedad no se extienda. Hacer la limpieza en círculo también nos hará seguir un patrón y no dejarnos ningún rincón olvidado.
  • Donar o tirar. Para quitar en profundidad aquello que realmente no necesitamos más o de lo que queremos deshacernos, usaremos cajas y bolsas para donar y tirar respectivamente.

Mujer en una casa de estilo japonés.

Te puede interesar:

  • Barrer hacia la entrada. Lo ideal para eludir la suciedad en casa es ir barriendo desde dentro hacia la entrada, intentando que las corrientes de aire no vuelvan a ensuciar las habitaciones por las que ya hemos pasado.
  • Limpia con suavidad. Los japoneses son muy cuidadosos con sus objetos personales, así que intenta limpiar y frotar de manera delicada pero efectiva, así cuidarás todo lo que tengas por casa y alargarás su estado.
  • Vinagre para desinfectar. En la misma línea de no querer estropear con anticipación la decoración del hogar, los nipones utilizan como desinfectante natural el vinagre. De esta manera frenaremos el uso de productos de limpieza agresivos tanto para la casa como para nuestra salud.
  • Pagar las facturas pendientes. No solo facturas. El Oosouji trata de terminar todo aquello que nos mantenga en vilo y nos quede por hacer para que nuestra paz interior sea la más pura posible. Actualizándolo a nuestra época, desinstala aplicaciones que no te sirvan, borra fotos que te sobren, apártate de esa gente que te quite la buena energía y, también, paga las deudas que te queden pendientes.