Mantener la casa limpia y ordenada requiere hacer un seguimiento diario de ella; quitar el polvo, barrer, así como asear los baños o repasar algunos puntos de la cocina son algunas de las tareas que realizamos con más frecuencia.

Sin embargo, hay cosas que no es ni necesario ni recomendable limpiarlas a menudo, ya que al proporcionarles un cuidado excesivo solo conseguirás acortar su vida útil y perjudicar al medio ambiente y a tu bolsillo.

Según recoge The Spruce, medio especializado en consejos para el hogar, estos son los objetos que no debes limpiar demasiado a menudo para que duren más tiempo y en mejor estado, así como para obtener una limpieza más eficiente.

Almohadas

Dependiendo del material y de la calidad, debes lavarlas cada dos o tres meses. Si lo haces con más frecuencia, esto puede afectar a su forma y volverse más incómodas. La funda, así como el resto del juego de sábanas, sí que deberás lavarla al menos una vez a la semana.

Toallas de baño

Solemos asociarlas con suciedad pero, si las secamos bien después de la ducha o del baño, podemos estirar un poco su lavado. Hacerlo más de una vez a la semana puede afectar a su suavidad y deteriorar las fibras, lo que al final acabará perjudicando a tu piel.

Alfombras

Las alfombras recogen polvo, migajas, pelos, caspa de mascotas, suciedad y otras minúsculas partículas de desechos por lo que es importante pasar con frecuencia el aspirador para que la suciedad no se incruste en sus fibras. Lo más recomendable es limpiarlas a fondo una vez al año y, si están en zonas de poco tránsito, puede alargarse hasta los 18 meses.

Aclarar los platos

Si eres de los que limpias los platos antes de meterlos al lavaplatos porque crees que así se limpiarán mejor, en realidad estás cometiendo un error. Además de perder tiempo y agua, obtendrás un lavado menos eficiente, y es que, los detergentes para el lavavajillas están diseñados para adherirse a las partículas de suciedad y disolverla. A continuación, el rociado del agua del lavavajillas eliminará la suciedad por completo. Si aclaramos los platos antes, lo único que hacemos es que el detergente no se fije bien a la suciedad, por lo que podrían quedar restos de comida.

Ropa

Muchas veces echamos la ropa a la lavadora con solo una puesta y esto no es siempre lo mejor para nuestras prendas. De esta forma, la ropa pierde vida útil porque la fricción del movimiento perjudica a su forma y a su color, y al estropearse, inevitablemente, tendremos que gastar más dinero para adquirir prendas nuevas. 

Cesto de ropa sucia en el que asoma una camisa de cuadros.

Prendas vaqueras

Si no están sucias, se recomienda lavar las prendas vaqueras cada seis o siete usos, a 30 o 40 grados, para evitar que destiñan, y con un centrifugado corto, para conservar la estructura del tejido. Este tipo de prendas es mejor lavarlas del revés y cerrarle los botones y las cremalleras para evitar que se enganchen con otras prendas.

Mantas

No se recomienda lavar las mantas más de una vez al mes para que puedan conservar así su sensación de suavidad y calidez.

Cortinas

Las cortinas de las habitaciones y del salón no requieren un lavado demasiado frecuente, ya que, aunque acumulan polvo, es raro que tengan manchas; los expertos recomiendan hacerlo una vez al año. Frente a estas, las cortinas de la cocina y de los baños si que requerirán un lavado más frecuente para acabar con las manchas de grasa, en el primer caso, y con el moho y las bacterias como consecuencia de la humedad en el segundo.

Fregar el suelo

Se recomienda barrer o aspirar el suelo a menudo para mantenerlo limpio y libre de cualquier resto de suciedad o de polvo. Sin embargo, no es necesario pasarle la fregona a diario, salvo que haya manchas, líquidas o pegajosas, que no se puedan retirar con el aspirador o con la escoba. 

Horno

Es conveniente retirar los restos de suciedad nada más cocinar para que no se acumulen y puedas conservar el horno siempre limpio y sin apenas esfuerzo. Esto te permitirá aplazar la limpieza a fondo más tiempo. 

Ya lo ves, aunque en temas de limpieza, casi siempre por la falta de tiempo, solemos pecar más por defecto que por exceso, hay ocasiones en las que aplazar un poco algunas tareas no solo está justificado, sino que además es lo más recomendable.