No para ni un segundo. Hace unas semanas hemos podido disfrutar del estreno en Disney + de la serie protagonizada junto a Daniel Brühl Becoming Karl Lagerfeld, y a las salas de cine acaba de llegar, tras su paso por festivales, Solo, un largometraje que nos presenta a Simon, un joven que debe enfrentarse a la decepción de dos amores imposibles: un apasionado pero destructivo enamoramiento de Oliver y una relación distante y fría con su madre Claire, que acaba de volver a vivir con él tras 15 años de ausencia.
Ha llegado pisando fuerte al panorama internacional. ¿Qué fue lo que le hizo querer dedicarse a actuar?
Creo que lo que me empujó a actuar fue simplemente que los actores eran lo que me más me fascinaba cuando era adolescente. Lo único que sintonizaba conmigo, ver a actores que estaban completamente en la encarnación, me parecía verlos libres y verlos vivir. Ya fuese en la escena o en la pantalla, no tenía mucha consciencia de lo que era la dirección o el texto, muchas veces me decía: “¿Por qué no va ahí, por qué no hace esto o lo otro?”. Era como si pensara que los actores se dirigieran a sí mismos. Asociaba todo a la interpretación cuando evidentemente hay una gran cantidad de elementos que actúan en la acción. Y, bueno, creo que me he dedicado a esto porque era lo que más me llamaba, y por deseo de comprender y de corresponder a lo que me llamaba.
En todo este tiempo le hemos visto ya en varios proyectos. ¿Hay alguna clave para triunfar en este mundo?
No lo sé (risas), no creo. Una clave seguramente no, pero lo que puedo decir es que para mí, en los actores que admiro mucho, es mi interpretación de lo que es ser actor, empieza a ir cada vez más del lado de ser un buen lector. Para mí ser un buen actor es ser un buen lector. Creo que una clave para ser un actor pleno es ir hacia la literatura más que ir hacia, no sé a qué, pero ir a las palabras, en cualquier caso.
Ahora podemos verle en el nuevo proyecto de Sophie Dupuis, Solo. ¿Qué fue lo primero que le enamoró de él?
Lo que más me gustó fue cómo me hablaba de ello Sophie Dupuis. Nos conocemos desde hace tiempo, es una amiga y colaboradora desde hace años. Fue su entusiasmo que es muy contagioso. Sophie es un ser de luz, una de sus grandes cualidades de directora es que consigue juntar a la gente y crear un entorno en donde todo el mundo está profundamente feliz de trabajar en su proyecto. Además, todo se hace muy naturalmente sin manipulaciones por su parte, todo es verdadero por su entusiasmo que es compartido. Así que lo primero que más me gustó de la película fue Sophie. Pero bueno, luego también el reto de interpretar una drag y explorar una relación tóxica.
Hablando de las relaciones tóxicas, ¿cree que esta película puede servir precisamente para que los espectadores puedan identificar conductas o señales de que tienen una posible relación tóxica?
Espero que sí. En todo caso era uno de los objetivos de Sophie, también hemos tenido feedback de personas que comprendían mejor en qué tipo de relación podían estar o de amigas y amigos sobre en qué tipos de relaciones tenían o podían estar. Sí, creo que Sophie trabajó con una psicóloga, para identificar de verdad los momentos clave de las relaciones tóxicas y que sean reconocibles y podamos identificarlas y comprender sus mecanismos. Sí, justamente creo que uno de los objetivos de esta película es crearse una representación, como la representación queer, como también la representación de las relaciones tóxicas. Siempre es un deseo que las personas puedan identificarse y proyectarse ahí dentro, incluso si la gente no está metida en alguna relación tan tóxica, aunque sea que puedan reconocer algunas cosas que puedan ser tóxicas, incluso puede que de sí mismos.
Otra de las claves de esta película es su gran banda sonora. ¿Qué canción siente que le representa a usted y cuál a Simon?
Sobre la que me representa mejor a mí mismo, no tengo ni idea. Aquella que representa mejor a Simón, no creo que sea por fuerza una canción de la banda sonora, pero sería de la banda sonora original hecha por Charles Lavoie, que es extraordinaria. Creo que sería en esa música instrumental con los violines en donde Charles pudo de verdad captar a Simon y lo que atraviesa durante la película.
Además, han rodado en localizaciones como el Complexe Sky de Montréal. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
En el Complexe Sky de Montréal fue donde grabamos toda la parte drag, así que fue un rodaje muy muy intenso, dos tres semanas extremadamente intensas non stop. Jornadas de 16, 17 horas, porque el maquillaje, el vestuario, la peluquería, todo eso son por lo menos 3 horas, y después el rodaje. Bueno, además estábamos siempre a oscuras, siempre juntos, encerrados, había menos brechas... (risas). Así que fue muy intenso, era el final del rodaje, el covid estaba de vuelta, no podíamos acercarnos a la gente, y que alguno se pillara el covid y que tuviéramos que parar el rodaje por un tiempo. Además, era un espacio en donde todas las drags se encontraban juntas, era una fiesta, estábamos de verdad en los extremos, de noche, y actuando, es decir, con los figurantes, que mostraban una gran generosidad de ver los números cuarenta veces, siempre dándonos su energía, sus miradas y su atención. Fue muy muy demandante, pero es el corazón de la película.
Ahora también podemos verle en Becoming Karl Lagerfeld junto a Daniel Brühl. ¿Cómo ha sido rodar con él en una producción de Disney+?
Hemos rodado juntos durante meses y es un actor que tiene tal constancia en su presencia y en su generosidad, he visto eso muy pocas veces, no lo había visto nunca, alguien que está tan presente, que es tan generoso. Eso hace mejores a los demás actores, me hace mejor a mí, porque lo miras a los ojos y crees lo que vive, y ves que él cree en lo que haces y entonces tú también crees un poco más, así que ha sido una alegría rodar con Daniel, una inmensa alegría.
¿Qué le depara ahora el futuro?
Acabo de terminar una peli que se llama Lurker, es un thriller sobre un joven que se encuentra con una estrella del pop, y que se acopla un poco al grupo y cuyo objetivo es subir por la escalera de la jerarquía social que le rodea.