Cuando pensamos en seguridad e higiene alimentaria, la mayoría se centra en la calidad del producto, que se fresco y se encuentre en óptimas condiciones para su consumo, así como en la limpieza de los utensilios de cocina y la mesa de trabajo. Pero muchas veces se nos escapa que el material del que están hechos esos utensilios pueden resultar un riesgo para la salud.

De entrada, recientemente el tecnólogo de los alimentos y divulgador Mario Sanchez advertía en su canal de Tik Tok de los riesgos de emplear en la cocina elementos de madera. La clásica tabla de cortar, la espátula o la cuchara de este material siempre han estado presentes en las cocinas, pero según explica Sánchez pueden suponer un riesgo para la salud al poder convertirse fácilmente en reservorios de bacterias peligrosas.

Los utensilios de cocinas de madera siempre han estado presentes en la cocina, pero pueden ser un foco de bacterias. Freepik

El motivo de este riesgo es la porosidad de la madera, que puede absorber todo tipo de jugos y suciedad muy difícil de quitar, por lo que los microorganismos encuentran un lugar perfecto para vivir. Sánchez explica que una correcta y minuciosas reduce considerablemente el peligro, y que por lo general no tiene que pasara nada. Pero hay que ser muy minucioso en su limpieza, secado y mantenimiento.

El fregado de los utensilios de madera debe hacerse a mano, ya que las altas temperaturas del lavavajillas y la humedad los dilatan y se acelera su deterioro. Si se le encuentran grietas, incisiones o abombamientos, lo mejor es cambiarla por otros nuevos.

Ya en el momento de comprar, lo mejor es elegir otros materiales, como tablas de plástico o de polipropileno, que son más resistentes y fáciles de mantener. Además se pueden comprar de varios colores para así evitar la contaminación cruzada usando casa una para un producto concreto. Los básico es usar dos, una para alimentos que se van a cocinar y la otra para los que se vayan a consumir en crudo. A partir de aquí, una para carne, otra para pescado, una tercera para verduras… Cada una de su color.

En el caso de los cubiertos se pueden adquirir los elaborados en plásticos o en siliconas, preferibles a los metálicos porque se reduce la posibilidad de dañar los fondos de cazuelas y sartenes metálicas.

Ollas, sartenes y cazuelas

En cuanto al menaje de la cocina, el propio uso los desgasta, más o menos en función del material. Y es que el calor y los ácidos pueden dañar algunos fondos y hacer que partículas de metal pueden mezclarse con la comida.

El revestimiento de cerámica debe estar libre de metales pesados. Freepik

Si aún se conservan las sartenes y ollas antiadherentes de teflón, lo mejor es ir deshaciéndose de ellas, en especial si están rayadas o son anteriores a 2020. Se le asocia con problemas endocrinos y riesgo de cáncer. Al que le guste este sistema, que busque las que tengan el aviso ‘libre de PFOAS’. Las de aluminio, las de cobre o las de barro que contengan algo de plomo también deben ser jubiladas. Las de aluminio son ligeras y aprovechan bien el calor, pero ese mismo elemento se transfiere fácilmente a los alimentos, que en altas concentraciones puede causar daños neuronales.. Lo mismo sucede con los de cobre, pero la intoxicación de este ultimo originar náuseas, vómitos y diarrea.

Lo materiales más adecuados en este momentos son la cerámica, el titanio, el hierro y el vidrio.

La cerámica llegó como un sustituto del teflón, por lo que no es extraño encontrar aluminio revestido de cerámica. Eso sí, hay que asegurarse que están libres de metales pesados. Las clásicas sartenes y cazuelas de hierro siguen siendo de las más indicadas, aunque cuenta con el inconveniente del peso, y elegir las que no estén esmaltadas, ya que es fácil que este recubrimiento se descascarille. Su mantenimientos incluye frotarlas con aceite una vez limpias y bien secas. Las baterías de vidrio son aptas para cocinar en vitrocerámica, son completamente estables y no se deforman con les pasa a algunas de metal.

SEÑALES QUE INDICAN QUE HAY QUE CAMBIAR EL MENAJE

Por si no se tiene claro cuándo hay que renovar algún utensilio de cocina, estas son algunas pistas:

  • Ollas y sartenes. Por lo general se recomienda renovarlas cada año y medio o dos años. Antes si hay abombamientos, óxido, golpes o se le pega la comida con frecuencia.
  • Tablas y utensilios de madera. Si están agrietados, astillados, hinchados, muy rayados o tengan manchas de color oscuro o verdoso (hongos o moho).
  • Cucharas y espátulas de silicona o plástico. Si presentan marcas de daños por calor, los microorganismos pueden acumularse en los surcos e irregularidades.
  • Táperes. Si son de plástico, no se puede calentar en ellos la comida. Desecharlos si están muy rayados o si han cambiado de color. Sustituirlos por otros de vidrio