Se suelen ver en los mercados y desde hace unos años son un ingrediente decorativo en muchos platos, pero los huevos de codorniz son algo más, son una sana alternativa a los tradicionales de gallina. Pero en la cocina familiar no terminan de entrar, aunque se pueden hacer las mismas recetas.

Más pequeños y con una yema más brillante que los habituales de gallina, no solo llaman la atención por su moteado pardo de la cáscara, nutricionalmente también destacan por su alto contenido en proteínas y la casi inexistencia de carbohidratos. De hecho, su aporte energético es superior.

Una cesta con los huevos de codorniz. Freepik

De hecho, se ha calculado que en 100 gramos de huevo de codorniz hay 155kCal, 0,41 gr de hidratos de carbono, 11,2 gr de grasas ( de las cuales saturadas son 3,6 gr e insaturadas, 5,6), 13,05 gr de proteínas, 844 mg de colesterol, 64 mg de calcio, 226 mg de fósforo, 1, y 132 mg de potasio. Además son ricos en vitaminas como la A, la D, el ácido fólico y la B12.

Los huevos de codorniz, gracias a su aporte proteico, pueden ayudar a prevenir alteraciones relacionadas con la masa magra. Sus proteínas de alto valor biológico, con todos los aminoácidos esenciales, además d ser fácilmente digeribles. Son indispensables para el mantenimiento del organismo y el desarrollo de los músculos, así como del cerebro.

Además ayuda a prevenir la anemia debido a la presencia de hierro y vitamina B12. También contribuyen a evitar problemas de salud visual gracias a la vitamina A, que ha demostrado ser eficaz para evitar la degeneración macular.

También tiene a su favor que provocan menos alergias que los huevos de gallina. No obstante, su cantidad de grasa hace que su consumo haya que realizarlo dentro de una dieta equilibrada, sin abusos. del sistema nervioso, y ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre.

En la cocina, su elaboración es idéntica a los de gallina y se pueden freír, cocer y pochar. Pero vamos a proponer algo más elaborado, una receta de huevos escoceses. Esto es algo tan sencillo como envolver el huevo de codorniz (o de gallina, pero quedará mas grande) cocido y pelado con la carne de salchicha fresca, aunque también puede usarse carne picada y freírlo o empanarlo. Es un bocado de viaje, por lo que se puede disfrutar tanto frío como caliente.

Presentación de huevos a la escocesa sobre una cama de escarola. Freepik

Huevos de codorniz a la escoces

Ingredientes para 4 personas

  • 600 g de carne picada mezcla (400 gr ternera/200gr cerdo, por ejemplo)
  • 8 huevos de codorniz
  • 2 yemas de huevo de gallina
  • 1/2 cebolla
  • Una manzana
  • Una cucharadilla de nuez moscada
  • 2 cucharadas de salsa de tomate
  • 2 cucharadas de harina, huevo batido y pan rallado (para rebozar)
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal y pimienta

Elaboración

Calentar agua en un cazo, introduce los huevos de codorniz y cocerlos 4 minutos. Una vez refrescados, pelarlos con cuidado. Picar la cebolla en dados y ponerla en un bol. Allí también incorporar la carne picada, dos yemas de huevo y 1 cucharada de pan rallado. Pelar la manzana, rallarla sobre el bol. Añadir el tomate, la nuez moscada y salpimientar. Mezclar bien todos los ingredientes hasta que queden bien homogénea.

Dividir la masas de carne en 8 partes iguales. Aplastar cada una lo suficiente para envolver con ella cada uno de los huevos dándole forma de albóndiga. Pasarlos por harina, huevo y pan rallado, y freírlos unos 5 minutos a fuego medio en una sartén con abundante aceite. Retirar y escurrirlos sobre un papel absorbente para quitar el exceso de grasa.

Se pueden presentar sobre una cama de ensalada de lechuga o de escarola con uno tomatitos cherris o unos rabanitos. O llevar en un túper al campo.