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“Cuando un menor sufre la violencia de género, pierde la confianza en el mundo y en su propia infancia”

Montse Plaza, psicóloga experta en violencias machistas, maternidades y crianza, imparte este viernes una charla en el Palacio Europa dentro de una jornada que organiza el Ayuntamiento de Vitoria

“Cuando un menor sufre la violencia de género, pierde la confianza en el mundo y en su propia infancia”Cedida

El Departamento de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz reúne este viernes por la mañana a más de 300 personas en el Palacio Europa que participarán en una Jornada sobre niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia de género. Lo hará bajo el lema Visibilizar para reparar, con el objetivo de mostrar la realidad de las y los menores que conviven en estos contextos y para ofrecer un espacio en el que profesionales de distintos ámbitos puedan compartir cómo están trabajando y cuáles son los retos a futuro.

Para ello, el encuentro, que contará con la apertura del concejal de Políticas Sociales, Lucho Royero, contará con una mesa redonda y con dos ponencias.

La primera de estas charlas la impartirá Montse Plaza, doctora en Psicología social y psicóloga sanitaria especializada en atención a las violencias machistas, las maternidades y la crianza. El tema será Impacto de la violencia de género en niños y niñas y en el vínculo entre la madre y el hijo o hija.

 “La violencia de género impacta en las niñas, niños y adolescentes de forma integral, es decir, en todas sus áreas de desarrollo: cognitivo, social, emocional, académico... Y, sobre todo, la consecuencia principal que tiene, es que pierden la confianza con el mundo. Lo perciben como un lugar peligroso y a los adultos también, así que el principal efecto es la pérdida de su propia infancia”, explica Plaza.

De todo tipo

La corta edad de estos menores, como señala, no es óbicepara que estos pequeños puedan sufrir todas las forma de violencia que conocemos: desde la psicológica emocional o verbal, a la ambiental, es decir, cuando hay violencia en su entorno; “también hacia sus mascotas, si es que las hay, a la económica, cuando el padre no pasa la pensión que corresponde, cuando se produce una separación; incluso la sexual y la vicaria.

Las señales para detectarla son “múltiples” porque cada niño y niña expresa su malestar y violencia de una determinada manera. “Sería tener una mirada, una perspectiva de género, que nos permita mirar y asumir que estos tipos de violencia existen y que impactan en los niños y niñas y los adolescentes”.

A veces, los peques, pueden demostrarla con algún síntoma más depresivo, “que estén más tristes, que lloren más, que estén más ansiosos, que tengan pesadillas, muchos miedos... Pero son múltiples las consecuencias”.

Y muchas veces, esta violencia hacia los menores de edad se identifica a través de las madres, “cuando ellas relatan sus historias de violencia”.

Actuarla, identificarla y hablarla

Por eso, el mejor consejo que se puede dar al respecto es que “primero hay que actuarla, porque los niños y las niñas aprenden de lo que ven. Entonces, hay que ejercer la equidad en casa, y cuestionar cualquier indicio de desigualdad que se vea en el entorno”. 

En resumen, que la igualdad hay que ejercerla y hay que hablar mucho de ella, identificándola cuando la vemos. “Se trata de poder explicar que hay cosas que son respeto y qué no, y que identifiquen la violencia en su entorno, en su propia historia”, destaca.

Dos menores ajenos a la información

Nunca trivializar

Pero lo que nunca hay que hacer es trivializar con nada que tenga que ver con la violencia de género, “ni con los chistes, ni con la publicidad, ni con comentarios que pueden parecer exagerados. Así es cómo se cuela la desigualdad en nuestras mentes y vidas: a través de lo sutil”.

Un ejemplo, son frases del estilo: “si esto se ha hecho toda la vida”, a la hora de minimizar ciertas situaciones. “Efectivamente, se ha hecho toda la vida, porque toda la vida ha existido la violencia de género, pero igual, justamente por eso, deben de dejar de hacerse”, subraya esta experta.

Vínculo materno-filial

Su charla también tendrá en cuenta cómo esa violencia impacta en el vínculo materno-filial, en la relación madre e hijo.

“Rompe el vínculo de confianza, el espacio de seguridad. La madre, muchas veces por la violencia que ha recibido, se sentirá desautorizada, el niño sentirá que no entiende lo que ha sucedido... O sentirá el miedo, que nos paraliza muchas veces”, ilustra Plaza.