“Tenemos el convencimiento de que trabajar con los hombres nos ayuda a allanar el camino hacia la igualdad”. Tal y como explicó la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco Nerea Melgosa, para seguir impulsando la igualdad entre los hombres, Euskadi sigue reforzando el trabajo con el género masculino en favor de la igualdad.
Y en este arduo trabajo es el programa Gizonduz –configurado como Servicio vasco para el trabajo con hombres y masculinidades por igualdad– el que sigue en esta lucha y, por eso, se ha ampliado su presupuesto hasta un 59%.
En Euskadi se confirma una evolución positiva en estos años en el porcentaje de trabajo dedicado por los hombres al cuidado y las labores domésticas (de un 28% en 2007 a un 33 % en la actualidad) o en el uso de excedencias solicitadas por hombres para el cuidado de hijas e hijos (del 5% de 2007 al 14% de la actualidad).
Además, según los últimos datos, también ha aumentado el número de hombres vascos que manifiestan estar de acuerdo o muy de acuerdo con que la igualdad es importante (del 77% en 2007 al 99% actual).
En este trabajo, el programa Gizonduz cumple un papel esencial. ¿Qué trata e impulsa, en concreto este programa? Gizonduz nació en 2007 como una iniciativa pionera del Gobierno Vasco, impulsada por Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer, dirigida a promover la concienciación, participación e implicación de los hombres en pro de la igualdad de mujeres y hombres.
En estos 16 años se han desarrollado numerosas actividades de formación, campañas, jornadas, proyectos específicos para la juventud y para los cargos políticos, y diversas alianzas estatales e internacionales. En lo que se refiere a su completa oferta formativa, en marzo de 2009 se puso en marcha la primera edición del Programa de sensibilización y formación de Gizonduz.
Desde entonces, cerca de 32.000 personas, el 60% hombres, han asistido a alguno de los cursos, quienes han manifestado un alto grado de satisfacción y un notable aumento de su sensibilización y conocimientos en la materia.
Sus objetivos son los siguientes: incrementar el número de hombres, especialmente jóvenes, líderes y de sectores estratégicos, sensibilizados, formados y comprometidos a favor de la igualdad de mujeres y hombres, y en contra de la violencia machista; aumentar la corresponsabilidad de los hombres en el trabajo doméstico y de cuidado y generalizar entre ellos la ética y práctica del cuidado para lograr un reparto equilibrado de dicho trabajo, para el desarrollo y bienestar propio y ajeno y para reducir las desigualdades de género y la violencia machista y las conductas de riesgo nocivas para las personas y el entorno; aumentar el número de hombres, especialmente jóvenes, con conductas machistas problemáticas que han sido acompañados o derivados a otros servicios a fin de cambiar sus comportamientos; aumentar el número de organizaciones que desarrollan, de forma específica o transversal, actividades en el ámbito de los hombres, la igualdad y las masculinidades; y aumentar el número de organizaciones que colaboran con Emakunde en el marco de Gizonduz.
Retos del futuro
El trabajo que se ha realizado en los últimos años ha sido laborioso pero ha dado sus frutos. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por recorrer, según recalcan desde Emakunde. Y es que el programa Gizonduz tiene varios retos de futuro.
Así, al trabajo con hombres y masculinidades por la igualdad en la Comunidad Autónoma de Euskadi se le plantean los siguientes retos: dar respuesta al crecimiento exponencial del interés y la demanda por parte de la ciudadanía y de las entidades públicas y privadas para el trabajo con hombres y masculinidades por la igualdad; dar respuesta al Pacto de país por la igualdad presentado por el lehendakari en 2022, así como a los nuevos mandatos incorporados en la reforma de 2022 de la Ley para la igualdad que plantean la necesidad y la obligación de desarrollar, además de acciones específicas, un enfoque transversal y multinivel de las políticas de igualdad dirigidas a hombres, así como una mayor intervención en el ámbito de la prevención secundaria de la violencia machista y “aumentar, en un contexto de auge del neomachismo, las alianzas con grupos feministas, grupos de hombres a favor de la igualdad, así como con otras organizaciones e instituciones”.