La celebración del 28-J, Día del Orgullo LGTBIQ+, ha tenido en los tiempos recientes un doble componente festivo y reivindicativo.
Sin embargo, el actual contexto social y político, marcado por la proliferación de los discursos de odio, el avance institucional de las ideologías más reaccionarias y el previsible recorte de derechos conquistados tras años de lucha, han hecho que el segundo haya predominado con claridad este 2023.
Ha sucedido también en Vitoria, donde miles de personas han tomado en la tarde de este miércoles las calles para decir alto y claro que no van a dar ni un paso atrás ante estas y otras amenazas, pertenezcan o no al colectivo LGTBIQ+.
La manifestación convocada por la Coordinadora del 28-J, con salida y llegada en la céntrica plaza de la Virgen Blanca, ha sido toda una declaración de intenciones de la disidencia sexo genérica y el acto central de una jornada también de homenaje a quienes ya no están.
En su manifiesto final, la Coordinadora gasteiztarra ha alertado de que “el fascismo no es un fenómeno meteorológico”, ni “fruto de la generación espontánea”, sino “una gestión del miedo y del odio” para “canalizar la rabia hacia un enemigo imaginario, en vez de a las elites y clases dominantes responsables del malestar de la población”.
“Dar cabida, legitimidad y poder de decisión a quienes hablan de divorcios duros, violencia intrafamiliar y frivolizan y atacan nuestros derechos nos parece tan repugnante como irresponsable ¡Al fascismo y sus aliados ni agua!”, ha advertido tras la marcha el colectivo, que ha puesto como ejemplo de ese funcionamiento “basado en el odio” el “ambiente transfóbico y hostil” que se ha generado en el Estado en torno a la discusión y tramitación de la Ley Trans.
Orgullo “antirracista”
La Coordinadora ha reclamado también un reconocimiento “social, político y económico” de los cuidados y ha cargado contra las “políticas de muerte de la Unión Europea y sus racistas estados”, pues “el Orgullo será antirracista o no será”.
“Desde la violencia policial racista que vemos en nuestras calles hasta palizas al grito de iros a vuestro país maricones, el racismo y el colonialismo son estructurales”, ha remarcado.
El colectivo, siguiendo su “genealogía”, ha asegurado entre los aplausos de las personas asistentes que seguirá “tejiendo redes, creando comunidad y respondiendo al neoliberalismo y a sus lacayos fascistas, poniendo los cuidados en el centro” frente a la “explotación y la violencia del sistema”.