El rico patrimonio histórico del Casco Viejo de Gasteiz comienza a recuperar el lustre perdido. Los emblemáticos palacios de la almendra, en la mayoría de los casos abandonados a su suerte hasta hace no mucho tiempo, reviven ahora al calor de distintos proyectos de iniciativa pública y privada que pronto les devolverán a la vida, si no lo han hecho ya.

Los ejemplos, con nombre e insignes apellidos, se suceden: una residencia de personas mayores en el Gobeo-Guevara –fue inaugurada el año pasado–, el anhelado Gasteiz An-tzokia en el Ruiz de Vergara –pronto abrirá sus puertas–, un espacio de divulgación de la historia local para el Maturana-Verástegui, apartamentos turísticos en el Álava-Velasco...

El palacio Gobeo-Guevara acoge desde el año pasado una residencia. A.Larretxi/J.Muñoz

Sin prisa, pero sin pausa, uno de los principales escaparates de la ciudad va recobrando el brillo a la espera, eso sí, de encontrar solución a grandes asignaturas pendientes como las del palacio Escoriaza-Esquível y, especialmente, el Álava-Esquível, propiedad de la municipalidad de Tánger y en avanzado estado de deterioro.

El entorno de la Catedral Vieja, donde confluyen las arterias que conforman ambas laderas del Casco, es el mejor paradigma de este feliz resurgir del patrimonio palaciego de Gasteiz. A escasos metros de Santa María, en la confluencia de las calles Correría y Chiquita, se encuentra el palacio Gobeo-Guevara, que durante años albergó el Museo de Arqueología hasta su traslado en 2009 al Bibat.

La gran asignatura pendiente: el ruinoso palacio Álava-Esquível. A.Larretxi/J.Muñoz

Estuvo vacío más de 13 años, hasta el verano de 2022, cuando tras su venta por parte de Kutxabank a los actuales propietarios y una reforma integral el inmueble volvió a abrir sus puertas rebautizado como Palacio de la Burullería, un geriátrico privado de 24 plazas con jardín.

Muy cerca, en la esquina de Correría con el cantón del Seminario Viejo, ha comenzado también a resurgir de sus cenizas el palacio Maturana-Verástegui, uno de los motivos de preocupación reciente más importantes en la capital alavesa por su imparable decadencia.

El palacio, propiedad del Ayuntamiento desde 2004 pero sin uso desde bastante antes, está siendo sometido a un importante lavado de cara interior y exterior y los resultados de la intervención empiezan a ser ya visibles en la casona, que luce por ejemplo nuevas ventanas y puertas acristaladas en su acceso principal.

El palacio Ruiz de Vergara será el anhelado Gasteiz Antzokia. A.Larretxi/J.Muñoz

El Consistorio acondicionará el inmueble en tres fases para “ponerlo en valor” y, a futuro, convertirlo en un espacio abierto a las visitas donde se explicará tanto la historia del propio edificio como su papel en el desarrollo de Vitoria. La idea de partida de la Corporación saliente pasa por acondicionar dos estancias de la planta baja del palacio, con la posibilidad de acceder al recinto de cocheras, mientras que el zaguán funcionará como un escaparate visible desde el exterior.

Cubierto con mallas

Lejos parece quedar por fin el peligro de desprendimientos en el inmueble, como el que ya sucedió con parte de su cubierta a finales del año 2020. Durante bastantes meses, de hecho, el Maturana-Verástegui tuvo que ser cubierto con mallas para evitar accidentes debido a su ruinoso estado, acelerado desde 2007 tras el fracasado proyecto de convertirlo en un centro de investigación de patrimonio.

Otra joya de la almendra que avanza en su rehabilitación a través del impulso privado se encuentra prácticamente pegada a este último palacio. Se trata del Álava-Velasco, cuya fachada principal se orienta hacia la plazuela Santo Domingo, y que si los plazos se cumplen abrirá a lo largo del próximo 2024 como hotel y apartamentos turísticos. Los andamios cubren desde abril del año pasado la fachada del inmueble, que cuenta con un amplio jardín trasero.

Las obras para convertir el Álava-Velasco en hotel avanzan. A.Larretxi/J.Muñoz

El Álava-Velasco estuvo abandonado durante más de una década hasta que en 2018 un grupo de mujeres lo ocupó para crear el espacio feminista Talka, pero el edificio fue desalojado en apenas dos meses tras la denuncia de sus propietarios. Los trabajos para crear el nuevo establecimiento turístico están siendo desarrollados por Esparza Obras y Proyectos con un plazo de ejecución de 24 meses.

Antes de ello abrirá sus puertas en el palacio Ruiz de Vergara, en la calle Herrería, el flamante Gasteiz Antzokia, que gracias al impulso del asociacionismo euskaltzale y del Ayuntamiento se convertirá en el gran lugar de encuentro de la ciudad dedicado al ocio, la cultura y la creación en euskera. Las obras ejecutadas por Zikotz han finalizado ya y el equipamiento y suministro del mobiliario han sido también adjudicados, por lo que el centro Izaskun Arrue, que así ha sido bautizado, podrá iniciar próximamente su andadura.

El palacio Maturana-Verástegui acaba de estrenar ventanas. A.Larretxi/J.Muñoz

Futuros inciertos

La cruz de la moneda en este ámbito sigue estando representada por los palacios Escoriaza-Esquível y Álava-Esquível, aunque con muchos matices.

El primero, pese a encontrarse en buen estado de conservación, apenas ha acogido algún evento puntual desde que el Consistorio se hiciera cargo de él en 2010 y ahora se encuentra a la espera de captar financiación para convertirse en el nuevo museo de ciencias naturales de la ciudad.

El Escoriaza-Esquível, infrautilizado, podría convertirse en museo. A.Larretxi/J.Muñoz

Más incierto sigue siendo el futuro, pero también el presente, del Álava-Esquível, prácticamente anexo al Ruiz de Vergara. Propiedad de la ciudad de Tánger, la fachada del palacio se encuentra protegida por una red desde hace casi una década para evitar unos derrumbes que, por ejemplo, ya se han dado en el interior. Tánger acumula ocho multas que ascienden a 310.000 euros por no hacerse cargo del mantenimiento del inmueble y el Ayuntamiento estudia ya la posibilidad de expropiárselo.

Acceso al centro Izaskun Arrue, en la calle Herrería. A.Larretxi/J.Muñoz

Patrimonio palaciego

  • Gobeo-Guevara. A escasos metros de la Catedral Santa María, en la confluencia de las calles Correría y Chiquita, se encuentra el palacio Gobeo-Guevara, que durante años albergó el Museo de Arqueología hasta su traslado en 2009 al Bibat. Estuvo vacío más de 13 años, hasta el verano de 2022, cuando tras su venta por parte de Kutxabank a los actuales propietarios y una reforma integral el inmueble volvió a abrir sus puertas rebautizado como Palacio de la Burullería, un geriátrico privado de 24 plazas con jardín.
  • Maturana-Verástegui. Muy cerca, en la esquina de Correría con el cantón del Seminario Viejo, ha comenzado también a resurgir de sus cenizas el palacio Maturana-Verástegui. El palacio, propiedad del Ayuntamiento desde 2004 pero sin uso desde bastante antes, está siendo sometido a un importante lavado de cara interior y exterior y los resultados de la intervención empiezan a ser ya visibles en la casona, que luce por ejemplo nuevas ventanas y puertas acristaladas en su acceso principal. Se abrirá a las visitas.
  • Álava-Velasco. Otra joya de la almendra que avanza en su rehabilitación a través del impulso privado es el palacio Álava-Velasco, cuya fachada principal se orienta hacia la plazuela Santo Domingo. Si los plazos se cumplen, abrirá a lo largo del próximo 2024 como hotel y apartamentos turísticos.
  • Ruiz de Vergara. Próximamente abrirá sus puertas en el palacio Ruiz de Vergara, en la calle Herrería, el flamante Gasteiz Antzokia, que gracias al impulso del asociacionismo euskaltzale y del Ayuntamiento se convertirá en el gran lugar de encuentro de la ciudad dedicado al ocio, la cultura y la creación en euskera. Las obras ejecutadas por Zikotz han finalizado y el equipamiento y suministro del mobiliario han sido también adjudicados.
  • Escoriaza-Esquível. A pesar de encontrarse en buen estado de conservación, el palacio ubicado en lo alto de la colina apenas ha acogido algún evento puntual desde que el Consistorio se hiciera cargo de él en el año 2010 y ahora se encuentra a la espera de captar financiación para convertirse en el nuevo museo de ciencias naturales de la ciudad.
  • Álava-Esquível. Más incierto sigue siendo el futuro, pero también el presente, del Álava-Esquível. Propiedad de la ciudad de Tánger, la fachada del palacio se encuentra protegida por una red desde hace casi una década para evitar unos derrumbes que, por ejemplo, ya se han dado en el interior. Tánger acumula ocho multas que ascienden a 310.000 euros por no hacerse cargo del mantenimiento y el Ayuntamiento estudia ya su posible expropiación.