Así ha sido la octava etapa de la vuelta a Euskadi para meterle un gol a la AT

Arranca la etapa nueve

Crónica de la octava etapa

Tenía ganas de que llegara este día ya que, como buen bilbaíno y seguidor del Athletic, estaba seguro de que llegar a mi ciudad y encima a San Mamés iba a ser especial. Pero antes de eso ha tocado madrugar de nuevo y salir a las 8 con la fresca del centro de Durango.

Allí estaban para acompañarme mi inseparable araña humana Abel y Manu, un chico a quien conocí en la carrera que dispute hace poco en Munguía y con el que desde el primer momento ha habido muy buen rollo. Los tres empezábamos fuerte y encima cuesta arriba. Por parcelarias, pistas, senderos y algo de carretera hemos llegado en menos de tres horas a Amorebieta.

El ritmo era muy bueno y pensábamos que incluso nos adelantaríamos al mejor horario previsto para terminar la etapa. Pero no ha sido así, el sol nos empezó a golpear con dureza, no tanto como ayer, pero como un martillo pilón iba minando mis fuerzas.

La subida al Vivero, tras pasar por Larrabetzu y tras un kilómetro donde la senda se perdía y se hacía casi invisible, ha costado. Al final empecé a notar los kilómetros y el desnivel, ya sin más de 350 y unos 7000 positivos en ocho días.

Así que, tras hacer cima en el Ganguren y pasar por muchos de los merenderos que hay en el monte Avril y Artxanda, teníamos el botxo a nuestros pies con San Mamés al fondo. Nos ha costado llegar al campo, pero después de 44 kilómetros y 1200 metros de desnivel positivo lo hemos logrado.

Allí esperaban Oneka, Edu y la mujer de Manu. Se han encargado de documentar tanto la llegada como la emocionante vuelta dentro del campo que hemos dado como final de nuestra aventura de hoy. Dar las gracias al Athletic, por ahora el único equipo que nos ha dejado entrar dentro del estadio. Eso sí, parece que mañana y pasado también los chic@s y familias de Aefat que luchan sin descanso contra la Ataxia Telangiectasia van a poder disfrutar de lo mismo.

Quedan dos días para terminar este reto. Estoy cansado y me duelen los pies, pero voy a sacar fuerzas y dar todo de mí para conseguir completar lo que me falta.

Ell@s se lo merecen todo y más.