El callejero de Gasteiz hace honor a más de 300 hombres y a poco más de 50 mujeres, en su mayoría anteriores al siglo XX. 

Además, basta con dar un rápido paseo por la ciudad para comprobar que apenas unas pocas de las numerosas esculturas que pueblan sus calles están dedicadas a ellas. 

El panorama demanda cambios, según han reclamado este lunes en el Ayuntamiento representantes del Ateneo Republicano Araba, convencidas de que se puede hacer mucho más para revertir el perfil patriarcal del espacio público. 

Para avanzar en una todavía muy lejana igualdad en este ámbito, el colectivo ha elaborado una propuesta bautizada como Ruta de los Jardines de las Mujeres mediante la que se daría nombre de mujer a doce parques, jardines o espacios naturales de la capital alavesa que todavía hoy se encuentran en el anonimato. 

De Benita Asas a Espeanza Molina

Mujeres o grupos de mujeres “meritorias” en ámbitos tan diversos como las artes, la educación o las ciencias, desde la maestra y destacada feminista Benita Asas Manterola o la pintora Menchu Gal hasta la antropóloga Esperanza Molina.  

“Es urgente cambiar esta imagen que se ofrece de nuestra ciudad, que es un referente positivo en muchas otras cosas”, ha defendido Esther San Martín, integrante del Ateneo Republicano. 

Su compañera Aurora Cuadrado, entretanto, ha remarcado que la intención del colectivo “no es imponer nombres ni espacios, sino rendir justicia a las mujeres y sacarlas del olvido en que nuestra sociedad, toda, ha querido mantenerlas”.

Y ha defendido también el bajo presupuesto de este proyecto, que tendría un “casi inexistente impacto” económico “para la ciudadanía y el propio ayuntamiento”.

Proceso abierto

La responsable municipal de Convivencia y Diversidad, Miren Fernández de Landa, ha enmarcado cualquier modificación que quiera llevarse a cabo en el callejero de Vitoria en el proceso abierto a tal fin y ha asegurado que ha tenido y seguirá teniendo en cuenta tanto las propuestas del Ateneo como las que lleguen desde otros colectivos dentro de los cauces habituales de participación. 

Se trata, sin embargo, de un trabajo “arduo” y que implica a “distintos departamentos” municipales.