Imanol Pradales, el remero que ya ejerce como patrón

Evidentemente, sus 17 años dando paladas en el club Itsasoko Ama -Sotera, porompompón, es la trainera, porompompón, que quita el hipo a Euskadi entera- han marcado la impronta de un tipo que, a diferencia de buena parte de sus rivales, empezando por los de la izquierda caviar, sabe por experiencia propia que, si has venido al mundo en una familia humilde, no te queda otra que abrirte camino contra todas las marejadas.

Desde luego, su ama, Rosi, y su aita, Manu, no lo tuvieron fácil para sacar adelante a sus cuatro hijos -Imanol es el mayor- en el castizo barrio santurtziarra, casi república independiente, de Mamariga.

En los feroces años 80, como les ocurrió a tantas familias, el paro entró por la puerta de casa y Manu tuvo que buscarse la vida en lo que fuera surgiendo, hasta que le salió un trabajo en un almacén en Gasteiz al que acudía diariamente -80 kilómetros de ida y 80 de vuelta- en autobús.

Ahí aprendió el joven Pradales que el dinero no cae del cielo y que para sacarse las alubias no queda otra que esforzarse. 

Esa filosofía la llevó a lo académico, donde su capacidad para hincar codos se unió a su talento natural y le hizo firmar unos expedientes brillantísimos desde la primaria a la universidad y los estudios de posgrado. De la primera etapa, merece la pena subrayar que la convicción euskaltzale del matrimonio Pradales Gil les hizo matricular a sus hijos en la legendaria ikastola Asti Leku de Portugalete.

Como es más que sabido, allí tuvo como maisu de Lengua y Ciencias Naturales a Iñigo Urkullu Renteria. Fue un afortunado cruce de caminos y el inicio de una relación de cariño y respeto mutuo que se ha intensificado con el paso del tiempo. Si, finalmente, Pradales acaba recibiendo la makila de Urkullu, quedará refrendado el clásico: “Katea ez da eten”.

Un ‘cerebrito’

El resto de la trayectoria educativa del aspirante jeltzale es una sucesión de títulos (Doctorado en Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad de Deusto y diferentes másteres en materias relacionadas con la gestión económica) que tuvieron su plasmación profesional en su etapa como profesor de diversas materias en la misma entidad académica en la que se formó.

En una frenética sucesión de acontecimientos, en 2007 empezó a trabajar para la Diputación Foral de Bizkaia, donde, desde 2011 hasta 2024, ha sido titular de diferentes departamentos que tienen como nexo común la economía, las infraestructuras y la gestión sostenible del territorio. Los proyectos más relevantes para los próximos años llevan su firma.

Para quien no le conociera de antes, una de sus facetas que más ha llamado la atención es su gran sentido del humor. Se vio en uno de sus vídeos de presentación, en que aparecía un locutor de la extrema derecha llamándole “Piernales o Pedernales”, a lo que el candidato respondía: “Podéis llamarme Imanol”.

En otra pieza audivisual para conmemorar el Día Mundial de la Salud Física ponía imágenes suyas realizando otra de su grandes pasiones, correr, y, haciéndose el extrañado soltaba a cámara “Dicen que corro raro. ¿Vosotros qué creéis?”. Pues sí. Corre raro, pero siempre llega a la meta.